sábado, febrero 02, 2008

INGRID BETANCOURT: La rabia en el corazón

Ingrid Betancourt es una heroína. Después de leer este libro y de haber investigado un poco sobre su vida, no se me ocurre otro calificativo mejor para definirla. Como todos los héroes, tiene sus virtudes y sus defectos, pero su valentía, su arrojo y su imprudencia -en determinadas ocasiones-, la convierten en una persona fuera de lo normal, de esas que se sienten llamadas a cumplir una misión y entregan su vida a ello, sacrificando –con todo el dolor de su corazón- aspectos a los que muchos de nosotros no podríamos renunciar, como el hecho de tener que alejarte de tus propios hijos. Así es Ingrid, y así lo narra en este libro que tiene dosis de intriga y acción propias de una novela.

La rage au coeur (La rabia en el corazón) es la historia, narrada por ella misma, de esta mujer extraordinaria, desde su infancia y juventud a caballo entre Bogotá y París, hasta poco después de su elección como senadora en Colombia, consiguiendo un apoyo masivo entre los votantes. Sus padres tuvieron una influencia decisiva en el futuro político de Ingrid, pues su padre había sido ministro de Educación y diplomático, y su madre acabaría separándose de su marido y dedicándose a la vida política en Colombia. Ingrid muestra en todo momento una gran devoción hacia sus dos progenitores, a los que admira sin ningún tipo de fisuras.

Casada en primeras nupcias con el diplomático francés Fabrice Delloye, Ingrid tendría dos hijos de este matrimonio, Melanie y Lorenzo. Durante estos años (década de los ochenta) su vida no presagiaba lo que habría de venir en el futuro. Era la esposa perfecta, encargada de preparar muchas de las recepciones que daba su marido, y dedicada a la crianza de los dos pequeños. Su marido fue trasladado varias veces durante ese período: Ecuador, las islas Seychelles, Los Ángeles… Ingrid se siente cada vez más triste de estar fuera de su país natal, y el amor por esa Colombia que ella cree poder transformar crece con fuerza en su interior. Tras meditarlo mucho –y supongo que por un cúmulo de razones- Ingrid decide separarse de su marido en 1990, y dejando atrás a toda su familia, incluso a sus hijos, se marcha a Bogotá.

Con la ayuda de su madre, Ingrid comienza su carrera política desde abajo. No cabe duda de que los contactos de sus padres le abrieron muchas puertas, pero Ingrid muestra en todo momento una determinación increíble que le hace ganar cada vez más adeptos. Se une al Partido Liberal, y en 1994 es elegida diputada. Es ahora cuando empieza su lucha implacable contra la corrupción en que vive enquistada la mayor parte de la clase política colombiana. Ingrid denuncia las relaciones entre un gran número de políticos –incluido el mismísimo presidente, Ernesto Samper- y los cárteles de narcotraficantes, y se convierte en una figura adorada por unos y vilipendiada por otros. Muy pronto comienza a recibir amenazas de muerte. Casada de nuevo y conviviendo con sus hijos, que se han mudado a Colombia con ella, toma una de las decisiones más duras de su vida: envía a sus hijos a Nueva Zelanda, donde vive su ex marido, pues teme que pueda ocurrirles algo.

Ingrid continúa su “misión”. En 1998 decide dejar el Partido Liberal, donde ha encontrado muy pocos apoyos, y fundar un nuevo partido, Oxígeno, cuyo lema será la lucha contra la corrupción. Ese mismo año es elegida senadora con un número de votos muy alto, más de 150.000. Ingrid se sabe querida por el pueblo y se plantea un nuevo reto, más difícil aún, la carrera presidencial. No podrá ver cumplido su sueño, pues en febrero del 2002 es secuestrada por las FARC, junto a su amiga y colaboradora Clara Rojas, cuando se dirigía a San Vicente de Caguán, para mostrar su apoyo al nuevo alcalde de esa localidad que pertenecía al partido Oxígeno.

Me ha fascinado la personalidad de Betancourt. Aunque en determinados momentos parece a punto de derrumbarse –y no es para menos, dados los obstáculos que va a encontrarse una y otra vez en su camino- muestra una valentía a prueba de bomba. Es admirable su empeño en denunciar las corruptelas de la clase política de su país aun poniendo en riesgo su propia vida. Su idealismo, su fe en que Colombia se convertirá tarde o temprano en una verdadera democracia, es el motor que le guía en esta lucha sobrehumana. El nivel de corrupción en que se mueve el gobierno y muchos políticos colombianos llega a poner los vellos de punta. El recurso al asesinato para eliminar opositores molestos era algo habitual, y los culpables siempre acababan escapando a la justicia.

Quizás su secuestro podría haberse evitado, tanto desde el Gobierno, que no le proporcionó el helicóptero militar que ella había requerido para viajar a San Vicente, teniéndolo que hacer por tierra (un trayecto mucho más peligroso), como por la propia Ingrid, que fue avisada por el Ejército de la presencia de guerrilleros de las FARC en su camino. Puede que ella se creyera en cierto modo indestructible, como les sucede a los héroes cuando vencen las pruebas con las que se enfrentan una y otra vez. Desgraciadamente para Ingrid, esta vez la suerte no estaría de su lado.

Cuando este libro se publicó, en francés, se convirtió en un best seller en Francia, pero en cambio en Colombia fue duramente criticado. El mismo Samper demandó su publicación en el país galo, pero no consiguió que fuese retirado del mercado. El libro termina con estas bellas palabras, que reflejan el amor de Ingrid por el país sudamericano:

"Amo la vida apasionadamente; no tengo ganas de morir. Todo lo que construyo para Colombia es también para tener la felicidad de envejecer allí. Para tener el derecho de vivir allí, sin temer por el sufrimiento de todos aquellos a los que amo."

Esta es pues una historia inacabada. Porque Ingrid Betancourt aún sigue en manos de las FARC. Sigue secuestrada, tras casi seis años, en unas condiciones infrahumanas, como han demostrado las últimas pruebas de vida que se han conseguido de ella. Su familia y los gobiernos francés y colombiano siguen luchando por su liberación. Al parecer, Ingrid está cada vez más cansada y, conociendo su fortaleza, debe haber padecido mucho para caer en ese estado. Esperemos que esta pesadilla acabe pronto. El mundo necesita de personas como Ingrid Betancourt. Y ella necesita un final feliz para su historia.

27 comentarios:

Quique dijo...

Pues sí, da rabia que todavía algunos consideren a las FARC un grupo revolucionario y guerrillero.

Saludos

Shangri-la dijo...

Hola. Te invitamos a visitar nuestra publicación. Un saludo.

Joselu dijo...

Me ha interesado y mucho tu sinopsis de la vida de Ingrid Betancourt así como de su autobiografía. No era consciente de su talla moral y política y oía su nombre con cierta indiferencia, fruto de mi ignorancia. No entiendo que la retenga prisionera un grupo que se dice revolucionario, junto a centenares de otros secuestrados. No sé por qué me ha recordado a la figura de Benazhir Bhuto, otra mujer llena de valor y pasión por su pueblo.

Anónimo dijo...

Soy Colombiana y me duele todo lo que está pasando, con todos los secuestrados, pero el caso de Ingrid me tiene muy triste, mi invitación es a elevar oración porque la oración tiene poder,pidan en sus oraciones por fortaleza para Ingrid y todos los que están en la Selva, y por todos esos pobres guerrilleros que ya están condenados en vida. Dios es todo misericordia y si con nuestras oraciones pedimos por la conversión de ellos Dios les puede regalar su misericordia y así podrán pasar de la condenación que se encuentran al perdón y salvar sus pobres (en el momento) almas.
DIOS TENGA MISERICORDIA DE TODOS ELLOS Y DE TODA LA HUMANIDAD

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho la frase que has entresacado. Dice mucho de ella.

Anónimo dijo...

Muy interesante tu reseña, buscaré el libro. Me atraía mucho el personaje y, por supuesto, siento una gran compasión por ella y por todos los que se encuentran en su misma situación, sin embargo no sabía mucho sobre ella.
Enhorabuena por tu blog, me gusta.

Anónimo dijo...

Hola Elena,

No soy muy dado a hacer comentarios , pero con tus entradas no me puedo resistir.Tu blog me encanta. Es tremendamente interesante lo que cuentas, yo solo conozco a Ingrid Betancourt por los informativos. Hace poco salió un reportje en un dominical donde se hablaba de su historia, solo recuerdo el detalle de que aun en las condiciones pésimas en que esta no olvidaba ningún cumpleaños de sus hijos. Es increible como una persona que tiene una vida felizmente montada en Europa es capaz de renunciar a casi todo por defender sus ideas, pero lo más tremendo de todo es que en pleno siglo XXI se permita a unos mafiosos que se dicen "revolucionarios" tener presa en condiciones infrahumanas a un ser humano. Y lo más triste es que aun queda gente que les justifica...No hay ninguna idea que valga la pena ser defendida con esos métodos. Ojala Ingrid ( y todos los demás) sean liberados lo antes posible. Perdona la extensión.

Saludos,

Desesperada dijo...

ojalá ingrid vuelva pronto a su vida, aunque este ojalá es un tanto descreído, ya que lo veo difícil. nunca entenderé por qué hay que defender las ideas con métodos violentos.

Elena dijo...

Quique, supongo que con las FARC ocurre algo parecido a lo de la ETA en España, pues aún hay gente que piensa que en España el pueblo vasco vive oprimido y tiene que luchar por su libertad. Es lo que hace el desconocimiento y la manipulación informativa.

Shangri-la, gracias por la invitación. Me pasaré en cuanto pueda.

Joselu, yo tampoco sabía mucho de esta mujer hasta que he leído el libro. Mi profesora de francés está fascinada por Ingrid y fue ella quien me lo dejó. Y me alegro de haber tenido la oportunidad de conocerla más profundamente. Es una mujer fuera de lo común, como seguramente lo fue Bhuto.

Magapola, la frase es traducción mía del original, espero haber captado el sentido original del texto. Pero es cierto que es muy significativa.

Elisa, no sé si será fácil encontrar el libro en español. Si das con él, infórmame porque estoy interesada en comprarlo. Bienvenida a este rinconcito.

Juan, tu comentario es muy interesante, y no tienes que pedir perdón por la extensión. Me encanta leer vuestros comentarios. El valor y el coraje de Ingrid son incuestionables, estemos o no de acuerdo con ella. Abandonar una vida bastante cómoda para meterse en política en un país tan complicado como Colombia es algo que muy pocas personas estarían dispuestas a hacer. Y arriesgarse de esa manera por luchar contra la corrupción... No sé, de veras que Ingrid me parece una auténtica heroína. Quizás su problema fue creérselo ella también.

Desesperada, la violencia es inherente al ser humano, estoy convencida. Sólo nos queda esperar que el caso de Ingrid y de todos aquellos que están en su situación tenga algún día un final feliz. Antes de que sea demasiado tarde para ellos.

Soledad dijo...

Elena: gracias por pasar y por tus palabras. Fue una situación espantosa, pero hay que seguir, aunque hay días en los que me cuesta mucho -aún- salir a la calle sin sospechar hasta de mi sombra.

Aproveché enero -que en este lado es plena vacación de verano- para tratar de ponerme al día con mis lecturas atrasadas, aunque te imaginarás que mi lista es eterna... ya contaré lo leído, varios ya los ha reseñado tú...y mucho mejor de lo que lo haré yo :)

Cariños,
Sole

Soledad dijo...

Creo que Ingrid Betancourt es uno de esos raros ejemplos que se juegan todo -lo que tienen y lo que no, y no sólo en sentido material- por defender sus ideales y luchar por un mundo más justo. Al igual que desesperada tengo mis serias dudas con respecto a su liberación, es un arma política demasiado poderosa la que tienen las FARC en sus manos como para perderla.
Y, como dice Elena, la violencia es inherente al ser humano, quizás cada uno desde su pequeño lugar en el mundo podría hacer algo al respecto, y no me refiero a actitudes heroicas, basta con respetar al que tenemos al lado...muchas veces es la tarea más difícil que podrían encomendarnos. Si, "utópica" es mi segundo nombre :)

Sole

Álvaro dijo...

Hola, Elena, soy Álvaro García, profesor de instituto; me gusta tu blog y quisera enlazarte con el mío y viceversa para así lograr más difusión ambos.
Un saludo.
(Estoy leyendo Firmin, casualidad).

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Hola querida Elena, gracias por saber estar ahí. Eso le pasa a las cosas buenas, como los recuerdos bonitos, la familia, los paseos por el campo...enm fín, vuelvo a estar en el cyberespacio, la verdad es que estado bastante liado por el trabajo y otros motivos... a veces cuesta cambiar nuestra propia realidad después de hacer muchos cambios en nuestra vida, aunque reconozco que no tengo ningun motivo para quejarme, la vida me trata bien, aunque cuesta a veces caminar por ella.
De todas formas gracias por estar ahi, estimada desconocida, como decían en un diálogo de una vieja pelicula italiana.
Me gusta nuevo tu nueva cabecera, eres una mujer de mundo, cosmopolita, dentro de nada Sevilla te se queda pequeña.
Voy a una tertulia literaria aqui en zaragoza desde hace años, recomendé tu blog, lo leen ya varias personas y el miercoles pasado hablamos un rato acerca de el.
He subido mio comentario de EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO, espero que te guste, hacía muchos años que tenía ganas de leerlo.
Cuidate y cuida a los tuyos

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Se me olvidaba aver si te gusta el poema que vomité anoche acerca de un pueblo maravilloso en el que pasé elñ fin de año, éramos 6 personas nosotros 5 y Marion la única habitante del mismo.

Besos

Miguel Sanfeliu dijo...

Elena, muy buena entrada. Estos secuestros son indignantes. Cuando aparece una imagen de Ingrid Betancour, o cuando se produjeron las últimas liberaciones, parece que el mundo despierta un poco, sin entender muy bien qué está pasando, y enseguida se vuelve a adormilar. Es terrible que suceda esto. Me quedo con la primera frase de tu entrada; Ingrid Betancourt es una heroína. Seguro que sí. Ojalá quede pronto en libertad.
Un abrazo.

Soy ficción dijo...

Vaya, has depertado en mi el interes por esta mujer, y eso es lo que me gusta de tu blog, q enciende lucecitas en mi mente :)

Fede dijo...

Amiga Elena,
Seguro que los premios no nos hacen mejores ni peores en lo que hacemos, pero tu blog me gusta y creo que se merece todos los premios a blogs inteligentes, serios, y muy bien planteado

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

HOLA ELENA, HE LEIDO TU COMENTARI SOBRE EL CASO DE INGRID, el otro día entré en tu blog pero no me dió tiempo de leerlo. Cuanta razón tienes, la verdad es que desconozco bastante la realidad del país, pero desde luego nadie se merece ese cautiverio, ni que le quiten y le priven de sus ideas por las que lleva luchando....el mundo en gran parte sigue siendo muy ignorante, la involución nos sobrepasa....menos mal que aún con todo eso el mundo es un lugar maravilloso.

Cuidate maja como decimos aqui

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Ungido estoy de la tristeza,
presagios causan tu pena,
de lo que a ella nada le es propio y donde en un tiempo lúgubre, su vida ya no es vida.

Allí
sus manos sudan esperando en un espera,
allí se le nubla la esperanza y vagan por sus ojos
dos cristales empañados de neblina.

Sus deseos mueren en silencios
para trasmutar su pensamiento a un oásis
donde su hijos son lirios ansiando el agua viva.

Solo el lienzo pintado en su memorria
hace trascender los muros vegetales
para en un sobrevivir contar la historia.

Y en esa soledad donde el dolor gime,
donde el amor abre y cierra heridas
solo el recuerdo de entrañables amores
pueden mitigar su pena.

Así que, tu silencio es mi silencio
y juntos al igual que el mundo
en una nueva aurora
dibujaremos la esperanza.

Besos para tu alma.

DaViD CaNo dijo...

Interesante la historia de Ingrid, es algo harto admirable su determinación y el grado de compromiso que tiene con sus ideales.

En definitiva, este tipo de historias ayudan para dar esperanza, dejan ese sabor de boca que queda después de ver que no todo está perdido.

Saludos desde la tierra del nopal...

Unknown dijo...

Es la primera vez que entro en tu blog. Me gustó que rescates a una escritora como Mary McCarthy, de prosa tan inteligente y sensitiva (sí sé que suena a lugar común pero es lo que su lectura siempre me transmitió. Justamente en este preciso día acabo de adquirir un conjunto de ensayos de ella titulado "Al contrario".
Por otra parte me llamó la atención lo de Ingrid Betancourt. Esta persona me da la impresión de ser una reformista sincera de las malas costumbres imperantes en su país, aunque me da la impresión que está demasiado cercana (por historia familiar y personal)a la clase social dominante de Colombia como para ir a fondo en un verdadero cambio. De todas formas no hay que idealizar a alguien solamente porque está presa. Aclaro que no simpatizo con las FARC, me parecen un grupo stalinista en el que una elite político militar de base campesina lleva a cabo el simulacro de querer hacer una transformación de izquierda en una sociedad ya abrumadoramente urbana como Colombia. Teniendo en cuenta además que en las ciudades la mayoría de la población los rechaza. Yo soy de izquierda, tengo formación marxista y de ningún modo apoyo la política de las FARC. De todas maneras hay un problema político que es el siguiente: en los años 80 las FARC hicieron un abandono de las armas, armaron un partido político legal y les mataron a 4000 miembros. Naturalmente esto no justifica nada de lo que hacen pero me parece que hay que tenerlo en cuenta para no caer en la demagogia de derecha de los "argumentos" del estilo de la lucha contra el terrorismo (definido de una forma tan vaga y caprichosa que solamente caen adentro los que EEUU designa como enemigos).
Sin duda la desgracia de una mujer, que me parece sincera como Ingrid, es haber quedado en medio de los balazos.

un abrazo y te felicito por tu blog. Una cosa más, si te gustó "El grupo", tratá de leer "Una vida encantada".

Unknown dijo...

Es la primera vez que entro en tu blog. Me gustó que rescates a una escritora como Mary McCarthy, de prosa tan inteligente y sensitiva (sí sé que suena a lugar común pero es lo que su lectura siempre me transmitió. Justamente en este preciso día acabo de adquirir un conjunto de ensayos de ella titulado "Al contrario".
Por otra parte me llamó la atención lo de Ingrid Betancourt. Esta persona me da la impresión de ser una reformista sincera de las malas costumbres imperantes en su país, aunque me da la impresión que está demasiado cercana (por historia familiar y personal)a la clase social dominante de Colombia como para ir a fondo en un verdadero cambio. De todas formas no hay que idealizar a alguien solamente porque está presa. Aclaro que no simpatizo con las FARC, me parecen un grupo stalinista en el que una elite político militar de base campesina lleva a cabo el simulacro de querer hacer una transformación de izquierda en una sociedad ya abrumadoramente urbana como Colombia. Teniendo en cuenta además que en las ciudades la mayoría de la población los rechaza. Yo soy de izquierda, tengo formación marxista y de ningún modo apoyo la política de las FARC. De todas maneras hay un problema político que es el siguiente: en los años 80 las FARC hicieron un abandono de las armas, armaron un partido político legal y les mataron a 4000 miembros. Naturalmente esto no justifica nada de lo que hacen pero me parece que hay que tenerlo en cuenta para no caer en la demagogia de derecha de los "argumentos" del estilo de la lucha contra el terrorismo (definido de una forma tan vaga y caprichosa que solamente caen adentro los que EEUU designa como enemigos).
Sin duda la desgracia de una mujer, que me parece sincera como Ingrid, es haber quedado en medio de los balazos.

un abrazo y te felicito por tu blog. Una cosa más, si te gustó "El grupo", tratá de leer "Una vida encantada".

Soy ficción dijo...

No puedo dejar un comentario en la entrada de arriba, solo decirte q soy una de las de las lagrimitas :)

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Hola Elena, ahora soy yo el que te escribo para saber que pasa....¿ y tus comentarios?...imagino que andas mal de tiempo....Como todos....Cuidate se hechan de menos tus entradas, siempre son muy interesantes.

Me he leido ME LLAMO ROJO de Omar Pamuk, muy bueno, muy bonito, muy interesante.

Ya os lo contaré a todos.

Saludos

Portobello dijo...

Hace falta tener estrella para llegar a ser un político con esa misión de arreglar tu país. Que extraño resulta hoy día! que extraño si vemos a nuestro alrededor los políticos que tenemos. Y claro, una mujer tenía que ser, si es que somos salvadoras.
Esperemos que la suelten antes de que su cansancio toque fondo, como diría Peter Handke.

Anónimo dijo...

Ahora podrá elegir el final para su historia.
Para mí también es una heroína, me da fe para seguir luchando, saber que hay almas tan enormes pululando por este planeta ayuda a no rendirse.

Saludos!!

Anónimo dijo...
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