jueves, abril 22, 2010

ANNE-MARIE GARAT: En manos del diablo

Ha sido algo difícil leer esta obra, en parte por mis circunstancias actuales, pero en parte también por la, a mi juicio, excesiva longitud de la misma (1333 páginas). Haciendo una valoración final, me ha parecido muy interesante y está escrita con una prosa de las que pocas veces se encuentran. La autora domina un registro lingüístico muy amplio, y las descripciones son uno de los puntos fuertes del libro. El problema es que dicha riqueza lingüística llega a cansar un poco debido a la extensión del libro, pero no por eso deja de ser maravillosa. Es una obra que merece ser leída, que ha sido con razón elogiada por numerosos críticos, pero estad seguros de tener mucho tiempo por delante si vais a hacerlo. Ese ha sido quizás mi error, el de leerla a saltos y con cierta premura. Creo que de ahora en adelante tendré que elegir mis lecturas más concienzudamente.

La obra está ambientada en el París de los años previos a la Primera Guerra Mundial. La protagonista de la historia es Gabrielle, una joven que pierde a su prometido, Endre, en extrañas circunstancias. Este hecho le hace embarcarse en una peligrosa aventura, guiada por un inquietante personaje, Michel Terrier, que la convence para convertirse en una especie de espía infiltrándose en la vida del que parece ser tiene más datos sobre la muerte de su prometido, el doctor Pierre Galay. Poco podría imaginarse nuestra intrépida joven que su misión acabaría por tomar un derrotero muy diferente, y que cambiaría su vida a nivel personal para siempre. Un libro misterioso que Endre escribió poco antes de morir se convertirá en la clave para desvelar un oscuro complot que se irá haciendo comprensible al espectador conforme éste avanza en la lectura del libro. No os cuento más porque no quiero desvelaros más detalles.

Gabrielle es una joven encantadora, inocente pero enormemente lista, y sobre todo muy valerosa. Una de esas personas idealistas dispuestas a llegar hasta el final por defender lo que creen. Aunque al principio nos parece una joven muy influenciable debido a su ingenuidad, poco a poco nos irá descubriendo una personalidad más complicada y, sobre todo, un fondo noble que la convierte en un personaje entrañable. Físicamente la autora la describe como una belleza deslumbrante, tanto como su amiga Dora, a quien arrastrará a su aventura en principio contra su voluntad. La amistad entre las dos mujeres parece ser indestructible, aunque adivinamos que Dora siente algo aún más fuerte hacia Gabrielle, pero por respeto a su amiga se mantiene en un discreto límite. Todos los personajes creados por Anne-Marie Garat son de una riqueza extraordinaria: Sophie, la encantadora hermana del doctor Galay, que se nos aparece en principio como una inocente ama de casa y madre para acabar tomando una decisión más que arriesgada; la señora Mathilde, madre de Pierre, quizás el personaje más frío de la novela; o el misterioso Michel Terrier, en quien tanto confía Gabrielle al principio, también es uno de esos personajes que dejan huella.

Para que veáis a lo que me refiero cuando hablo de la prosa de esta autora, os dejo una pequeña muestra:

"Durante aquellos días, la nieve había vuelto. Esta vez lo había borrado todo, cubierto todo. Cierta mañana, se acabaron las formas, se acabaron los ruidos. El mariposeo monótono velaba la luz, y la tierra desapareció, la grava de la avenida y, luego, los bojes se convirtieron en un túmulo blanco. A mediodía nevaba aún, los grandes cedros estaban enmantelados por completo de blanco, se acabaron los muros del jardín, se acabó el vergel. Seguía cayendo a las cuatro; tocaban el piano en el saloncillo y ya no había jardín, ni cajas de naranjas, no había prado, sólo un mar inmóvil de blancura perdido en la nube hormigueante (...) Eso convertía la casa en una isla, sitiada por toda aquella blancura, algo opresiva de languidez y belleza, tan alejada de las ciudades y los pueblos que parecía derivar insensiblemente hacia otros lugares más profundos del espacio, largadas las amarras como un gran paquebote flotando en la nube opaca."

Es un libro donde se mezclan intriga, amor y acción, con dos lugares maravillosos como marco de la historia, París y Venecia. La novela tiene todos los ingredientes para ser una gran novela, y nos recuerda a esas obras decimonónicas que seducen al lector y lo atrapan en una trama plagada de personajes y pequeñas historias. El único "pero" que se le puede poner a este libro es, como ya dije más arriba, su excesiva longitud, pero quizás cada página sea necesaria para construir esta peculiar novela. Además al parecer es el comienzo de una trilogía, así que habrá que seguir el rastro a la posible continuación de la misma.