sábado, septiembre 05, 2009

IAN McEWAN: Chesil Beach

Había leído críticas estupendas de este libro, pero la verdad es que no me hacía falta que me convencieran para leer otra obra del genial Ian McEwan, que tanto me gustó con su maravillosa Expiación. Y como era de esperar, Chesil Beach no defrauda en absoluto. La prosa de McEwan, unida a su prodigiosa habilidad para crear personajes y escenarios, vuelve a convertir esta obra en una lectura que se disfruta y que deja un sabor de boca más que duradero. Debo confesaros que, ilusa de mí, comencé a leerla en inglés (en mi defensa os diré que llegué más allá de la mitad). Y es en ese idioma donde su belleza es más evidente, aunque para leerlo hace falta tener un nivel de inglés más que alto. Las descripciones de escenarios, especialmente la campiña inglesa, y de los propios personajes, con un vocabulario muy variado y rico en matices, hacen muy compleja su lectura en la lengua original. Así que, consciente de mis limitaciones y de que me estaba perdiendo detalles que ni el diccionario lograba aclararme, decidí optar por la traducción al español, que me ha parecido bastante buena. Todo lo contrario que el libro de María Antonieta reseñado en este blog con anterioridad, cuya traducción deja mucho que desear, con errores gramaticales y de sintaxis bastante graves desde mi punto de vista.

Pero volvamos a Chesil Beach. Los protagonistas de esta historia son Florence y Edward, una pareja de recién casados a principios de los años 60, que se enfrentan a su noche de bodas desde puntos de partida muy distintos. Así mientras Edward se muestra sobre todo preocupado por estar a la altura de lo que se espera de él y "cumplir", y anhela hacer el amor a su bella esposa de una manera apasionada, Florence se muestra literalmente aterrorizada ante lo que ha de venir, pues jamás ha estado con ningún hombre y está llena de miedos y recelos ante la inminente relación sexual. Florence no es más que el fruto de una educación sexual completamente inexistente, y de una visión del sexo sucia y llena de prejuicios que no la han preparado en absoluto para su primera relación con un hombre. Ama a Edward, pero siente verdadero pánico a una relación sexual completa:

"En instantes de optimismo trataba de convencerse de que sólo sufría una forma agudizada de aprensión que acabaría pasando. Sin duda, pensar en los testículos de Edward, colgando debajo de su pene tumefacto -otro vocablo horrible- tenía por efecto que ella frunciera el labio superior, y la idea de que alguien la tocara "ahí abajo", aunque fuera alguien querido, era tan repugnante como, pongamos, una intervención quirúrgica en un ojo (...) Florence sospechaba que había en ella alguna anomalía profunda, que ella siempre había sido distinta y que al fin estaba a punto de ser descubierta. Creía que su problema era más grande, más hondo que el mero asco físico; todo su ser se rebelaba contra una perspectiva de enredo y carne; estaban a punto de violar su compostura y su felicidad esencial. Lisa y llanamente, no quería que la "entraran" ni "penetraran". El sexo con Edward no sería el apogeo del placer, pero era el precio que había que pagar. "

La novela está estructurada a través de flash-backs que nos van dando a conocer el pasado de ambos protagonistas, cómo se conocieron, y cómo era el entorno que rodeaba a cada uno de ellos. Florence proviene de una familia acomodada, y es una virtuosa del violín que, a pesar de ser una chica insegura en muchos aspectos, se rodea de un aura de seguridad especial cada vez que toca su amado instrumento. En cambio Edward pertenece a una familia de clase más bien baja, y se ha criado con una madre psicológicamente enferma y una serie de carencias que Florence ni siquiera puede imaginar. Ambos jóvenes se conocen un día por casualidad en Oxford, se enamoran, empiezan a salir y acaban casándose. El colofón de la historia es la noche de bodas en un hotel de Chesil Beach, que va a estar llena de dificultades y acabará de forma imprevisible para ambos.

En esta novela McEwan construye un retrato veraz y acertado de una juventud que todavía no ha despertado a la revolución sexual de la década de los sesenta y que sufre en sus propias carnes las consecuencias de una educación donde los temas sexuales eran tabú y las relaciones entre ambos sexos estaban llenas de prejuicios y malentendidos. Es asombrosa su capacidad para penetrar en la psicología de los dos protagonistas, a los que McEwan desnuda para el lector a través de sus palabras, de forma que llegan a resultarnos tan transparentes como infelices en sus respectivos papeles. El autor logra convertir una noche de bodas en un escenario donde toman forma los peores miedos de ambos protagonistas, donde cada pequeño paso que dan hacia esa relación sexual inminente se convierte en algo trascendental y terrible que parece abocar a ambos a un final trágico. Los pensamientos de ambos se nos revelan de una forma tan clara que sentimos la angustia de Florence y los miedos de Edward con una viveza extraordinaria.

Expiación es, desde mi punto de vista, una gran novela, por muchos factores. Es por ello que, tanto si conocéis o no a McEwan, os recomiendo que no dejéis de leerla y maravillaros con la forma de narrar que tiene este escritor. Se disfruta de principio a fin.

Más reseñas de obras de Ian McEwan: - Expiación

20 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Fíjate que al padre de mi hija le encanta este autor. El libro que sugieres ya lo leyó entre otros del autor.
Ya lo puse para mi siguiente lectura y volveré a intentar con este autor, porque resulta que leí uno de èl que no me gustó mucho.
Expiación, ese sí quiero leerlo, porque la película me encantó.

Un placer leer tus reseñas.

Ya me imagino al bebé sintiendo las letras. ¿Ya sabes si es niña o niño?

Cuìdate mucho.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Tu reseñas son geniales. Me has inspirado en varias ocasiones y lo cierto es que no me he arrepentido.

¿Qué te pareció Todo eso que tanto nos gusta? ¿lo has terminado ya?

Paula

Anónimo dijo...

Yo no pude acabarlo.Muy lenta la narración.Un saludo

Lucía dijo...

¡Ay Elena, y yo que tuve que dejar Expiación porque me estaba poniendo nerviosa! Probaré con esta.

Besos.

Elena dijo...

Creo que McEwan despierta pasiones pero también es un autor pesado para algunos. Es cierto que sus descripciones son a veces demasiado prolijas, pero para mí su forma de escribir es tan envolvente que me absorbe por completo.

Clarice, espero que disfrutes con Expiación. Por cierto, mi nena ya se mueve cada vez más, ¡espero que salga tan aficionada a los libros como su madre!

Paula, tienes la reseña del libro de Zarraluki un poco más abajo en mi blog, la hice hace unas semanas. El libro me encantó.

Anónimo, lo que tú comentas ya me lo ha dicho más gente. Es a lo que he hecho referencia más arriba. Yo en cambio me leí el libro en un par de días.

Lucía, ¿por qué te estaba poniendo nerviosa? ¿Por la lentitud, por las descripciones?

Como siempre, gracias a todos por vuestros comentarios. No siempre tengo tiempo para contestarlos, pero los leo todos y me encantan. Un saludo

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Hola Elena, que novela más bonita, cuanta razón tienes, la comenté yo la semana pasada.

Cuidate

Mateo Bellido dijo...

Hola, Elena.
Este libro sí tiene fecha para que lo tenga en mis manos. La última visita a la librería lo tuve, pero me decanté por otros que llevaban tiempo esperando. Mi problema es que no soy constante, llevo varios a la vez y no le dedico el tiempo que me gustaría. Los blogs me entretienen y divierten y les dedico más que a los libros...no te digo el lugar de la casa donde más leo. Ah! "Espejos" es una maravilla y además es muy ameno.
SAbes que tu criterio pesa mucho en mis elecciones literarias, aunque no puedo llevar tu ritmo, jejejejeje. Que todo siga bien en tu buen estado. Un abrazo.

Elena dijo...

Luis, tu reseña me gustó mucho. Veo que a los dos nos ha encantado el libro. Volvemos a coincidir!!

Mateo, me alegro de que Espejos te esté gustando. Yo este verano he leído mucho porque he estado más tiempo en casa de lo acostumbrado. En cuanto empiece a trabajar, y sobre todo cuando nazca la niña, supongo que lo tendré más que difícil, qué le vamos a hacer.

Elena Casero dijo...

Hola tocaya.
Lo leí estas Navidades. A mí McEwan me gusta mucho. Es de mis preferidos entre los ingleses.
Expiación no me costó esfuerzo tampoco. Pero para gustos ... autores.

Te llegará mi libro. Hoy he ido a correos a enviarlo y, menos mal, que se me ha ocurrido revisar las páginas. Te enviaba uno completamente desbaratado. Mañana sin falta sale.
Un abrazo y cuídate mucho

Francisco Ortiz dijo...

Es un texto magnífico, claro y definidor como pocos el tuyo, un ejemplo del que aprender -yo aprendo de ti, sigo aprendiendo de ti cada vez que te leo- para hacer crítica/estudios literarios.
Un abrazo.

chrieseli dijo...

Estimada Elena: comparto la idea de que a cada autor es necesario (dentro de la medida de nuestras posibilidades) leerle en su idioma. Mc Ewan es un autor, para mi gusto, muy visual, muy lleno de descripciones que transportan, que hacen hermosos paneos en nuestra mente. Me alegra pasar por este blog. Saludos,

Soy ficción dijo...

Yuju! Lo tengo encima de mi mesita de noche, en cuanto acabe Kafka en la orilla lo leere de un tiron seguro. Ya te hice caso en su momento con Expiación y no me defraudo en absoluto.

Aprovecho también para decirte que como fiel lectora de tu blog no me vas a perder, porque aunque mi aventura bloggera se acabó tus reseñas me son ya casi imprescindibles.

Un beso grande

Sara Fedrika dijo...

Hola Elena.

He leído un comentario tuyo en el blog de LUIS ROSER. Me he pasado por aquí para ver como te había quedado la crítica de la novela. Estoy de acuerdo en todo. A mí también me gustó, te recomiendo "Primer amor, últimos ritos" al ser un libro de relatos se lee cómodamente sin necesidad de continuidad. Citas "Expiación", he oído hablar pero no la he leído, me animaré a leerla.

Qué bello tiene que ser poder leer en el idioma original de la obra.

Un saludo.

Gonzalo Muro dijo...

Tengo en la recámara este libro esperando su momento porque todas las críticas que leí eran estupendas. Y la verdad es que por lo que adelantas del argumento, parece una historia muy apropiada para el estilo de este autor.

Felicidades por la reseña y un abrazo.

Joselu dijo...

Sólo he leído Expiación de este autor. Este último verano me he sumergido en la novela criminal, negra o policiaca. Coincido contigo en que Expiación es una buena novela que leí hace unos meses siguiendo esa trama que se desencadena a partir de una noche que tiene repercusiones inopinadas. Un cordial saludo.

Elena dijo...

Elèna, ya te he contestado por email. Veo que coincidimos en este autor.

Francisco, tus palabras siempre tan hermosas. Gracias por tu comentario.

Chrieseli, tienes razón en lo de las descripciones. Son tan ricas que es muy fácil imaginarse el escenario en que se desarrollan las diferentes escenas. Creo que la capacidad descriptiva de McEwan es asombrosa.

Nausicaa, no me puedo creer que dejes tu blog. ¡Si era uno de mis favoritos! Espero que lo retomes algún día, porque espacios como el tuyo no abundan en la red.

Sara, tomo nota de la recomendación. Sí que es bonito poder leer a un autor en su lengua original, pero si no la dominas a la perfección el constante uso del diccionario acaba cansando un poco.

Gww, espero que lo disfrutes tanto como yo.

Joselu, bienvenido tras tu descanso estival. Seguro que esta novela no te defraudará.

Un abrazo a todos.

Ferrari dijo...

Tengo Chesil Beach a punto de empezar. Creo que leí que Almodóvar a comprado los derechos por si la rueda algún día. Estoy contigo en el place que supone la lectura de "Expiación".
Además de McEwan leí "Sábado" y me gustño muchísimo también; aunque eso sí mantieen su ritmo particular.
Un beso.

Miguel Sanfeliu dijo...

Compré el libro, pero está en el montón de pendientes. Tu texto, como siempre, me puso el gusanillo en el estómago.
Aunque no siempre deje comentario ya sabes que me encantan tus reseñas y que tengo muy en cuenta tu opinión.
Un abrazo.

Pedro Garcia Millan dijo...
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CarmenS dijo...

Lo mejor del texto, que merece la pena, sin duda, es ese repaso final a lo que ha sido la vida de cada uno y la sospecha de lo que podía haber sido si alguien hubiera sido un poco tolerante, un poco comprensivo, un poco generoso.
Que el embarazo no te reste energías y que Nuria siga creciendo feliz hasta el día del alumbramiento.