Esta es una película que mucha gente debería ver. Los que nos dedicamos a la docencia, porque nos sentiremos identificados con muchas de las situaciones que aparecen en ella. Y los que -por suerte o por desgracia- están lejos de las aulas, porque es necesario que la sociedad sea testigo de lo que ocurre hoy en día dentro de los institutos de secundaria. Y es que, a pesar de que la película analiza una situación límite, los adolescentes que en ella aparecen son muy parecidos a los que nos podemos encontrar en cualquier lugar: insolentes, apasionados, manipuladores o nobles, dependiendo de la situación y el momento. No hay buenos ni malos. Todos tienen su cara y su cruz. Son personajes reales, creíbles, y lo más impresionante de estos actores, que bordan su papel, es que ni siquieran son actores en realidad. Son alumnos de un instituto francés que durante un año, se prepararon junto a sus profesores para participar en la película. El resultado es una cinta con visos de documental, sincera y emotiva, que hace respirar al espectador el verdadero ambiente de un centro educativo en la actualidad.
El protagonista del film es un profesor de lengua, François, cuyo papel es interpretado por François Bégaudeau, autor del libro en el que se inspira el largometraje. A diferencia de la película, el libro no ha despertado demasiadas pasiones, y sus críticas no son muy favorables. Sin embargo, la adaptación cinematográfica que ha realizado el director Laurent Cantet está llena de vida, y ha sido premiada con la Palma de Oro en el último festival de Cannes.
Los alumnos de François son muy diferentes entre sí. Los inmigrantes tienen una fuerte presencia en su aula, y muestran actitudes muy distintas ante los retos planteados por el profesor. Éste trata en todo momento de atraerse a los alumnos y de conectar con ellos, cayendo a veces (según mi punto de vista) en un colegueo excesivo. No obstante, los que un día le escuchan y le atienden con más o menos interés, al día siguiente se muestran insolentes e incluso desafiantes, mostrando el frágil equilibrio que se establece en ocasiones en una clase. Los adolescentes tienen un humor cambiante, a menudo pierden los nervios y se alteran con facilidad, y aunque el profesor es consciente e intenta no caer en sus provocaciones, a veces es inevitable el conflicto, el choque, y esta es la situación que la película aborda de una manera más que inteligente. Las posibles consecuencias que las sanciones impuestas por un centro educativo pueden tener en la vida de un alumno es otra de las cuestiones que aparecen en la pantalla, y dan pie a un interesante debate entre los propios profesores.
El instituto es un pequeño mundo donde se establecen relaciones complejas, en las que tanto alumnos como profesores tienen mucho que aprender los unos de los otros. Esta realidad es la que La clase intenta reflejar, en un alarde de buen cine y sinceridad que se agradece cuando una lleva ya unos cuantos años dedicada a estos menesteres, y cuando los profesores no gozamos de demasiada simpatía en la sociedad que nos rodea. Nos acusan de trabajar poco y no esforzarnos lo suficiente, de no saber ponernos en el lugar de nuestros alumnos. De disfrutar de unas vacaciones interminables y en cierto modo inmerecidas. Muchos no se paran a pensar la cantidad de horas extra que nuestro trabajo conlleva. El hecho de que para la mayoría de nosotros la jornada escolar sigue en casa, donde siempre hay clases que preparar y exámenes que corregir, fines de semana incluidos. No son conscientes de la dificultad que entraña el tratar con personas que tienen opiniones tan variadas y que atraviesan una etapa decisiva en sus vidas, en la que todo se magnifica y en la que es fácil anteponer otros muchos intereses por encima de los estudios. Siempre he pensado que la educación es una de las profesiones más fascinantes que hay -en caso contrario no podría dedicarme a esto- pero por esa misma razón es capaz de absorberte a veces hasta límites insospechados. Y el apoyo de todos los colectivos que no pertenecen a este mundillo, especialmente el de los padres y madres de nuestros alumnos, es fundamental. Al fin y al cabo todos ganamos si conseguimos una educación de calidad. Estamos sembrando futuro.
Bien por Cantet, por escoger este tema y por convertirlo en una película interesante y amena. Y bien por los actores, que realmente no lo parecen en ningún momento. No perdáis la ocasión de ir a verla si podéis.
El protagonista del film es un profesor de lengua, François, cuyo papel es interpretado por François Bégaudeau, autor del libro en el que se inspira el largometraje. A diferencia de la película, el libro no ha despertado demasiadas pasiones, y sus críticas no son muy favorables. Sin embargo, la adaptación cinematográfica que ha realizado el director Laurent Cantet está llena de vida, y ha sido premiada con la Palma de Oro en el último festival de Cannes.
Los alumnos de François son muy diferentes entre sí. Los inmigrantes tienen una fuerte presencia en su aula, y muestran actitudes muy distintas ante los retos planteados por el profesor. Éste trata en todo momento de atraerse a los alumnos y de conectar con ellos, cayendo a veces (según mi punto de vista) en un colegueo excesivo. No obstante, los que un día le escuchan y le atienden con más o menos interés, al día siguiente se muestran insolentes e incluso desafiantes, mostrando el frágil equilibrio que se establece en ocasiones en una clase. Los adolescentes tienen un humor cambiante, a menudo pierden los nervios y se alteran con facilidad, y aunque el profesor es consciente e intenta no caer en sus provocaciones, a veces es inevitable el conflicto, el choque, y esta es la situación que la película aborda de una manera más que inteligente. Las posibles consecuencias que las sanciones impuestas por un centro educativo pueden tener en la vida de un alumno es otra de las cuestiones que aparecen en la pantalla, y dan pie a un interesante debate entre los propios profesores.
El instituto es un pequeño mundo donde se establecen relaciones complejas, en las que tanto alumnos como profesores tienen mucho que aprender los unos de los otros. Esta realidad es la que La clase intenta reflejar, en un alarde de buen cine y sinceridad que se agradece cuando una lleva ya unos cuantos años dedicada a estos menesteres, y cuando los profesores no gozamos de demasiada simpatía en la sociedad que nos rodea. Nos acusan de trabajar poco y no esforzarnos lo suficiente, de no saber ponernos en el lugar de nuestros alumnos. De disfrutar de unas vacaciones interminables y en cierto modo inmerecidas. Muchos no se paran a pensar la cantidad de horas extra que nuestro trabajo conlleva. El hecho de que para la mayoría de nosotros la jornada escolar sigue en casa, donde siempre hay clases que preparar y exámenes que corregir, fines de semana incluidos. No son conscientes de la dificultad que entraña el tratar con personas que tienen opiniones tan variadas y que atraviesan una etapa decisiva en sus vidas, en la que todo se magnifica y en la que es fácil anteponer otros muchos intereses por encima de los estudios. Siempre he pensado que la educación es una de las profesiones más fascinantes que hay -en caso contrario no podría dedicarme a esto- pero por esa misma razón es capaz de absorberte a veces hasta límites insospechados. Y el apoyo de todos los colectivos que no pertenecen a este mundillo, especialmente el de los padres y madres de nuestros alumnos, es fundamental. Al fin y al cabo todos ganamos si conseguimos una educación de calidad. Estamos sembrando futuro.
Bien por Cantet, por escoger este tema y por convertirlo en una película interesante y amena. Y bien por los actores, que realmente no lo parecen en ningún momento. No perdáis la ocasión de ir a verla si podéis.
16 comentarios:
Yo fui a ver "La clase" cuando la estrenaron y se la recomiendo a todo el mundo, pertenezcan o no al mundo de la enseñanza. Las aulas son todo un mundo desconocido para la gran mayoría. Quienes hemos vivido situaciones como las que refleja la película nos sentimos identificados con el profesor, y todos los demás entenderán no sólo el problema de la educación sino todo lo demás. La tolerancia, el racismo, la inmigración, el compañerismo, la bondad, la crueldad, el civismo, el respeto, el esfuerzo... todo tiene cabida "entre los muros", como dice el título en francés. Y a nadie debería serle ajeno todo ello, es la vida de cada día, lo que nos rodea.
Un saludo, colega.
Hola Elena, no he visto la película pero me he informado sobre ella y recuerdo cuando estuvo en Cannes.
Me gusta mucho la idea de que comentes alguna pelicula en tu blog, te lo podrías plantear, creo que uno de los exitos de tu blog, además de que tus recomendaciones son realmente buenas es tu constancia y tu dialectica muy didactica, eso lo dominas muy bien.
Bueno Maja seguimos en contacto.
Pensaba ir a ver esta pelicula, pero me has contagiado tu entusiasmo, y voy a ir ya.
Te comprendo perfectamente y soy consciente de la dificultad que conlleva tratar con alumnos en esas edades, porque aunque no soy profesora, soy madre de dos hijos, y realmente cuando estan en la adolescencia, es para volverse locos todos los que estamos alrededor.
Esos cambios de humor tan radicales, esa manera de hablarte como si estuvieran de vuelta de todo y por encima del bien y del mal, esas groserias, en fin, tantos disgustos...
Pero afortunadamente todo pasa, y luego crecen y se convierten en personas sensatas y hasta agradables.
Yo siempre he admirado al colectivo de la enseñanza, empezando por los maestros de infantiles, hasta llegar a los profesores de Universidad.
Es una labor tan dificil... y actualmente más, porque encima de soportar a los hijos, a veces tambien teneis que lidiar con los padres, que os responsabilizan de todos los fallos de sus hijos.
Normalmente no te escribo, pero veras que cuando empiezo no termino.Tengo un rollo...
Un beso, Elena.
La soledad del profesor es el subtema que más me sugirió la película. Creo que el trabajo de profesor no es ni de lejos todo lo respetado que debía ser. El profesor está solo ante muchos que lo escrutan, que miden sus palabras, sus estados de ánimo, su forma de ser, y son crueles con él como podemos ver en la película. Una elección más que recomendable que me suscita envidia por la realidad educativa francesa: el uso del usted, el levantarse los alumnos cuando entra el director... Pero no cabe duda de que es una profesión en extremo difícil. Que vayan a verla muchos, pero por lo que veo en Barcelona, está en muy pocos cines. No parece interesar a las salas esta película.
El cine francés (como dirían algunos, el verdadero cine europeo) nos tiene acostumbrados a perlas de este tipo. Siguiendo, aunque tangencialmente esta temática, recuerdo ahora "Hoy empieza todo" de Bertrand Tavernier.
Una gran película, si señor.
Hola, descubrí tu blog ayer, buscando en Google alguna referencia sobre ensayo sobre la lucidez. Tu post estaba entre los primeros enlaces ofrecidos por tan famoso buscador. He paseado por tus páginas y, créeme, estoy impresionado. Mañana por la tarde saldré en busca de algún libro de Arto Paasilinna, no he leído nada de él pero me has convencido.
Yo participo en la enseñanza en otro de los lados, veo que casi todos sois profes, ya que estoy en la asociación de padres del instituto de mis hijos (el Bisbe Sivilla de Calella. Si encuentro un cine con la peli la veré. Gracias y ánimo a todos los que sois docentes entusiastas.
Muy interesante la reseña, pero sobre todo muy interesante tu reflexión sobre la docencia.
No voy a extenderme mucho, estoy de acuerdo contigo, la docencia es o debería ser uno de los pilares de nuestra sociedad.
Tengo esta película entre las que quiero ver y más tras esta crítica.
Llevo tiempo siguiendo tu blog y he de decir que me gusta bastante.
Un saludo!
Es muy fácil echar la culpa de todo a los profesores y acusarlos sin ningún tipo de conocimiento sobre la labor que realizan día a día. Y los que critican son, precisamente, los padres que pasan de dedicar cinco minutos al día a sentarse con sus hijos y averiguar qué están aprendiendo en la escuela, o a enseñarles ellos mismos algo que pueda ayudarles a mejorar su educación. Claro, es muy duro llegar del trabajo y tener que centrarse en algo tan importante, es mejor sentarse con ellos en el sofá a ver la tele y criticar a los profesores después.
Un abrazo.
P.D. Iré a ver la peli.
La enseñanza, tan necesaria de continuas renovaciones y meditaciones a tres (profesores, padres y alumnos) se merece buenas películas y buenas frases como ésta que tú dejas en tu texto: "El instituto es un pequeño mundo donde se establecen relaciones complejas, en las que tanto alumnos como profesores tienen mucho que aprender los unos de los otros." Ah, otro mundo es posible, sí.
Espero con auténticas ganas la ocasión de ver esta película. Como antiguo profesor de instituto seguro que me traerá recuerdos. Pero me pregunto en qué medida no está todo dicho sobre las aulas... ¿No será una especie de remake siglo XXI y estilo europeo de "Rebelión en las aulas" de Sidney Poitier?
Con esta crítica, seguro que podré, Un saludo paisana.
Escuché los comentarios en la tv. Ya la quiero ver.
Abrazos.
Graciela
En cuanto al tema del comportamiento de los alumnos, sus relaciones y las relaciones con el profesorado, estoy de acuerdo que todo el mundo debiera conocerlos. La película puede dar pie a debates sobre esos temas. Ya hay muchos debates en los medios y en los claustros. Pero ¿en tu centro no hay problemas de robos, de drogas, con los padres...? Esta película no los trata, así que no me sirve como ejemplo de lo que pasa en los institutos. Que por otra parte tienen mayor abundancia de alumnos que quieren aprender. En la película parece que sólo le interesa al francés.
Pero tema aparte, en el cual podríamos llegar a un acuerdo, cinematográficamente es lo que se dice un petardo envuelto en celofán francés. Un premio en un festival francés para una película francesa no me dice nada porque existe el chauvinismo (¡Hombre, inventado por los franceses!) Prdona, me interesa la enseñanza y quiero que mejore la enseñanza, pero la de nuestros centros, con nuestros problemas. Tu enlace me lo ha facilitado una amiga y sólo quería dejarte mi opinión. Un saludo.
Interesante propuesta y más viniendo de quien viene. La veré este mismo fin de semana. La enseñanza en España es una asignatura pendiente y nadie le toma el pulso como se merece.
Saludos.
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