viernes, mayo 02, 2008

RAYMOND CHANDLER: El largo adiós

Nunca me ha gustado demasiado la novela negra. Me siento mucho más atraída por otro tipo de literatura, aunque cuando estaba en el instituto me dio por leer a Agatha Christie y no paré hasta que me hube terminado unos cuantos de sus libros. Sin embargo, de vez en cuando me gusta adentrarme en alguna historia de misterio, de asesinatos sin resolver, de acertijos y personajes cargados de secretos. Por ello comencé hace unas semanas El largo adiós, la obra maestra de Chandler según los expertos. Y para ello he seguido el consejo de mi querido Francisco Ortiz, autor de una espléndida reseña por entregas sobre esta novela, que fue la que acabó de decidirme a volver a seguir los pasos a Philippe Marlowe, al que ya conocía por Adiós muñeca.

El largo adiós es mucho más que una novela de misterio. Es todo un retrato de la sociedad norteamericana de los años 50. La soledad y el desencanto son los sentimientos que más abundan en estas personas, sobre todo cuando Chandler nos describe a aquellos que pertenecen a la llamada "alta sociedad". Policías corruptos, matones a sueldo, millonarios capaces de cualquier cosa por tapar un escándalo, escritores alcohólicos, mujeres bellísimas pero que se encuentran enormemente solas... Los personajes de Chandler son especiales, tienen un encanto que les hace elevarse sobre los caracteres planos que abundan en muchas novelas. Y sus diálogos son magníficos, críticos y cargados de ironía hacia la sociedad que los lleva en sus labios. A medida que iba leyendo, me sorprendía una y otra vez de la agudeza del autor, de su manera de presentarnos los vicios y miserias de un tiempo donde, sorprendentemente, aún hay un lugar para valores como la amistad, el amor o la lealtad. Marlowe es un tipo duro, es difícil no imaginarse a una especie de Humphrey Bogart con gabardina y fumando un cigarro tras otro; un hombre solitario y sincero, pese a perder clientes o ganarse enemigos por ello. Pero ante todo este detective es profundamente humano, pues para él la amistad o la lealtad están por encima de muchas otras cosas. Es capaz de ver más allá de lo que los demás pueden, vislumbrando el lado bueno que casi todas las personas poseen. Es un personaje de los más logrados que he podido leer en mucho tiempo.

La ironía y el sentido del humor de Chandler alcanzan cotas muy altas en determinados pasajes de este libro. Os dejo aquí, como muestra, la descripción de un sheriff que habla por sí sola:

"Las paredes estaban llenas de fotografías de caballos y el sheriff Petersen aparecía en todas ellas. Las esquinas de su escritorio de madera tallada eran cabezas de caballo. Su tintero era una pezuña de caballo abrillantada y montada y las plumas estaban colocadas en otra igual llena de arena blanca (...) El sheriff ofrecía un buen espectáculo. Tenía un excelente perfil aguileño y, aunque empezaba ya a flaquearle un poco debajo de la barbilla, sabía cómo mantener la cabeza de forma que no se notara demasiado. Trabajaba a conciencia para que lo sacaran bien en las fotos (...) Se limitaba a conseguir que lo eligieran sin tener que esforzarse, montaba caballos blancos a la cabeza de los desfiles e interrogaba a sospechosos delante de las cámaras. Eso al menos era lo que decían los pies de las fotos. En realidad nunca interrogaba a nadie. No hubiera sabido cómo hacerlo. Se limitaba a sentarse detrás de la mesa de su despacho mirando con severidad al sospechoso y ofreciendo su perfil a la cámara. Se disparaban los flashes, los fotógrafos daban las gracias al sheriff respetuosamente y se retiraba al sospechoso, que no había llegado a abrir la boca, mientras Petersen regresaba a su rancho en el valle de San Fernando. Allí se le podía localizar siempre. Y si no se lograba entrevistarlo personalmente, siempre se podía hablar con uno de sus caballos."

En realidad, lo que menos me ha gustado de la novela es la trama en sí. Como ya mencioné más arriba, este tipo de literatura no está entre mis predilectas, de ahí que la historia no me haya acabado de enganchar (aunque en algunos momentos sí lo ha conseguido). No obstante, ha sido la forma de escribir de Chandler la que me ha entusiasmado, por su sencillez, su carga irónica y su increíble manejo de los personajes. Las descripciones son maravillosas. Los diálogos soberbios. Y algunas frases se quedan dando vueltas en la cabeza durante un buen rato después de leerlas. Un ejemplo son las palabras que el autor pone en boca de Marlowe cuando ve por primera vez a la increíble Eileen Wade: "Fue exactamente como cuando el director de una orquesta da unos golpecitos en el atril con su batuta, alza los brazos y los inmoviliza en el aire". ¿No es una comparación más que afortunada?

Aun cuando no seamos lectores asiduos de este tipo de novelas, Chandler constituye una excepción. Él fue capaz de llevar este género a cotas que hasta entonces no había alcanzado. Sus personajes salen del papel para hacerse de carne y hueso y recordarnos lo mejor y lo peor de la existencia humana. Pues al fin y al cabo es esa la vida real. La biografía de Chandler es un ejemplo de esas luces y sombras. Estuvo a punto de suicidarse tras ser despedido de una empresa acusado por acosar a las secretarias, pero años más tarde se convertiría en un gran escritor y estaría casado durante casi treinta años con la misma mujer. Así se describe él mismo: "Paso por ser un escritor insensible, pero eso no tiene sentido. Es simplemente una manera de proyectar. Personalmente soy sensible y hasta tímido. A veces soy cáustico y belicoso en extremo; otras absolutamente sentimental. No soy un ser sociable porque me aburro con mucha facilidad, y el término medio nunca me satisface, ni en la gente ni en ninguna otra cosa..." Sin duda alguna, Philippe Marlowe reúne muchos de los rasgos del hombre que lo creó.

Por supuesto os animo a todos los que aún no lo hayáis hecho a leer a Chandler. Lo disfrutaréis. Y de nuevo vuelvo a alejarme unos días de este rincón. Unas mini vacaciones que tengo que agradecer al Rocío, fiesta más que importante en la localidad en la que trabajo, me conceden la oportunidad de una rápida escapada a Berlín. Ya os contaré a la vuelta. Y no digo adiós porque, en palabras del propio Marlowe: "Decir adiós es morir un poco". Así que mejor decir hasta pronto.

17 comentarios:

Lorena dijo...

Interesante descripción :) Me encantan las frases en moradito que nos has regalado, de parte del libro :P Ojalá que disfrutes muchísimo en tu mini-escapadita y nos hables de la belleza que has contemplado y de lo que has sentido entre tanta Historia :) Un besazo!

Joselu dijo...

La lectura de Chandler, Dashiell Hammet, Ross MacDonald, Chester Himes y otros llenaron mis veinte años de una colección de detectives fracasados pero llenos de humanidad, tal como aquí nos reseñas. La trama es lo menos importante. Lo fundamental, como dices, es describir una sociedad corrupta y unos personajes que se elevan muy por encima de otras narraciones semejantes. Me has recordado mi lectura lejana de El largo adiós. Llegué a tomarme gimlets a imitación del personaje y poco me faltó para que me pusieran una gabardina blanca. Brillante tu artículo. Me dan ganas de volverlo a leer. Felices días en Berlín. Un abrazo.

Unknown dijo...

no he leído esta novela, aunque sí otras de chandler. yo soy una auténtica amante de la novela negra!!!!

Soy ficción dijo...

"Decir adiós es morir un poco"

No sabia que esa frase era de este autor, y eso q la he utilizado en más de una ocasión. Como siempre q te leo acabo buscando lapiz y papel para no olvidar tus reseñas, esta no es una excepción.

Apuntada y deseosa de hincarle el diente.

Que tengas una deliciosas vacaciones!

Elena Casero dijo...

A mí sí que me gusta la novela negra. Esta no la he leído. Ya no sé si apuntarla. La lista es más larga que yo alta.

Además haces apetecible la lectura de lo que sea, aunque sea de un anuncio de dentífrico.

Un beso, tocaya

Fede dijo...

Gracias por tu reseña Elena. Chandler es uno de los maestros de la novela negra. He tomado nota del título porque no la conocía. Es el tipo de novela que se lee en ciertos estados de humor y con tiempo por delante que queremos quemar rápidamente.

El Doctor dijo...

Chandler es uno de los escritores fundamentales del género negro,como también El largo adiós es una de sus mejores obras,sin olvidar Adiós,muñeca.Siempre nos quedará Chandler cuando no sepamos que leer o,nos sintamos un poco asqueado de tanta novela superficial.

Besos y un fuerte abrazo.

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

HOLA ELENA, veo que te has pasdo por mi blog, gracias, curiosamente comentas una obra de un autor que hece tiempo que quiero leer, a mi me pasa lo que a ti..nunca me he interesado demasiado por la novela negra. Por cierto como ya habras venido de Berlín ya estás tardando en escribir algo.
Te he dejado un comentario en tu anterior entrada, la verdad es que me he sentido muy identificado por que a mi me pasa más a menos lo mismo, lo malo es que si el dia tuviera 30 h, llevaría el mismo ritmo.
Yo en mi caso reconozco que soy hiperactivo, aunque tengo una ventaja suelo ser muy tranquilo y me lo tomo todo con bastante filosofía.

Yo he estado en BRETAÑA en este puente, he ido a la boda de una gran amiga y he sido el padrino y el testigo...imagínate... que fuerte, yo que en la vida me había puesto una corbata y me tuve que comprar un traje

Bueno que esto al fin y a l cabo es un blog literario....bueno, ya está.

Pues eso que nos seguimos leyendo

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

Hola Elena acabo de poner el comentario de JUEGOS DE LA EDAD TARDÍA de L. landero, me ha dicho un pajarito que es un libro que te apetece mucho leer.

Un saludo

¿ que tal Belín ?

Javier Puche dijo...

Este verano leí "El largo adiós" con gran deleite. Aún recuerdo la indeleble impresión que me causó el encuentro entre Marlowe y
Eileen Wade. Es absolutamente memorable la descripción que hace Chandler de esa mujer magnética. Queda uno petrificado. Excelente recomendación, una vez más.
Un abrazo

Rosa Silverio dijo...

Hola, Elena.

Gracias por la visita que hiciste a mi blog hace un tiempo. Yo estaba en receso pues estuve trabajando en la feria del libro de mi país y ahora es que estoy de regreso.

Siempre leo tu blog pues me gusta muchísimo.

Fíajte que esta novela sí que me atrae leerla... no sé, el título me parece sugerente y los comentarios de Francisco Ortiz me llegaron, aunque al igual que tú, no soy muy seguidora de la novela negra, no es lo que suelo leer.

Ahora estoy con la poesía de Anna Ajmátova (compré sus libros en la feria de acá) y con James Joyce.

Agradezco mucho tu comentario sobre El largo adiós puesto que me brinda otra óptica distinta. Ahora sólo me queda leerla.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Fantástica reseña. Me atrae del libro lo que cuentas del sentido del humor. Estoy en estado de leerlo.
Besos.

Portobello dijo...

Chandler es un referente, es el grande de los grandes. Casi ná! No hablamos solo de novela negra, es pura sociología lo que encierran sus magníficas obras, y en especial esta. Francisco hizo un estupendo trabajo, y tú, desde luego, por lo que tengo pendiente meterme de nuevo en esta obra, que leí hace mucho tiempo.

Francisco Ortiz dijo...

Magnífico, cálido, sincero texto que casi enternece, porque ve uno perfectamente a ese Chandler que tú has visto. Gracias por acordarte de mí. Un fuerte abrazo. PD: Recomiendo el texto en la próxima entrada de mi blog, por supuesto.

Poker Club dijo...

es un libro excelente, si alguien quiere conseguir la coleccion completa en donde participa Philip Marlowe, visiten el blog:

http://chandlerraymond.blogspot.com

Anónimo dijo...

hAY QUE TENER EN CUENTA QUE AGATHA CRISTHIE NO ES AUTORA DE NOVELA NEGRA

JoseP dijo...

probé y no me gustó; hola amigos, a raíz de que me gustaron algunos de Grisham, quería completar mi espectro de lecturas con algo que nunca me había llamado la atención en libro: la novela negra, aunque si en cine; leí tantos comentarios extraordinarios de Chandler que comencé con el Sueño Eterno....a las 28 paginas lo dejé; no me fascina un protagonista cuyo atractivo es estar pegado siempre a una botella de wisky, ni las tediosas descripciones de los mil objetos que hay en una sala, que no llevan a nada y solo aburren....francamente, no me lo trago; conecto mucho mejor con algunos protagonistas de Grisham, aunque escribe peor y no es genial (algunos libros tienen pasajes repetitivos y de pura paja, y retuerce artificialmente muchas situaciones)....seguire viendo novela negra pero en cine. Ah y probaré con Hammet a ver.
Hace tiempo probe con Agatha Christie, que a mi madre le fascina en libro, y aambos en tele, pero a mi en libro me aburrio y no pude avanzar con ello; para gustos.....pero en cine me encanta