jueves, abril 19, 2007

Duermes


Esta noche me he convertido en un halo de luz, y me he escapado por una rendija.

He llegado deslizándome por el cielo hasta tu alféizar. No ha sido fácil. La luna me confundió y temí perderme, pero al final te encontré. Estabas dormido, y te miré desde la penumbra que me rodeaba. Respirabas tan fuerte que me desdibujabas con cada soplido. Estabas soñando. ¿Conmigo quizás? Tus labios temblaron y yo me dejé caer, iluminando cada surco de tu piel. Me deslicé en tus mejillas y me hicieron cosquillas tus pestañas. Luego me oculté en el pliegue de tu nariz, salté y resbalé hacia el otro lado. Y me dormí acurrucada allí.

Me despertó algo húmedo, una lágrima. ¿Por qué lloras? Me acerqué a tus párpados cerrados y las vi. Allí estaban, nacían despacio pero firmes y seguras de sí mismas. Una tras otra, con una cadencia casi musical. Me quedé contemplándolas hasta que se agotaron y se fueron escurriendo hacia tu cuello.

Fuera amanecía. Era tarde para seguir soñándote. La luz del sol me deshacía por momentos, y me sentí morir. Pero me encaramé al alféizar y conseguí escapar antes de hacerme del todo transparente.

Y tú ni siquiera supiste que esa noche estuve allí.


Imagen: OSCAR KOKOSCHKA, La esposa del viento

9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡qué dulzura!
Debe de ser hermoso ser halo de luz y acariciar al ser amado.

Un beso

Conciencia Personal dijo...

Se nota que tus lecturas enriquecen tu letras.

Un abrazo grande.

El detective amaestrado dijo...

Ha sido un enorme descubrimiento leer esto tuyo...NO soolo eres una gran lectora, por lo que veo

Miguel Sanfeliu dijo...

Enhorabuena por este texto. Me gustó mucho. Muy bien escrito, con un halo de misterio y tono poético. Como una historia de fantasmas.
Un saludo.

Anónimo dijo...

¿Qué te hace escribir algo tan dulce pero tan triste?

Elena dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Me cuesta mucho incluir textos tan personales en mi blog, pero creo que ya es hora de perder un poco mi pudor y hacer de este espacio un lugar más acogedor en el que poder desahogarme a través de las palabras.
Magapola, supongo que existe en mí un lado melancólico (que no triste)del que nunca podré librarme. Me considero una persona alegre, pero quizás en el fondo no lo soy tanto, no lo sé. Tendré que observarme :-)
Un abrazo luminoso

LUIS ROSER RODRIGUEZ dijo...

QUE BONITO ELENA, QUE BONITO, ES TAN ETÉREO Y FRÁGIL COMO LA VIDA MISMA.
VIVA LA VIDA Y VIVAN LAS PERSONAS COMO TÚ!!!!!!!!!!! Y PASATE LO BIEN POR MI EN LA FERIA, YO DESDE ZARAGOZA OS VERÉ POR LA TELE.

sabes una cosa Elena? me he enamorado, y estoy tan féliz....

Francisco Ortiz dijo...

Como un sueño, como una ensoñación, como un deseo apenas escapado por un rato del sueño.

Anónimo dijo...

me encanta tus textos. Conocerte en una de las más bonitas experiencias que he tenido. Te admiro muchísimo. Un beso