domingo, octubre 07, 2007

Trece rosas

Cada rosa tenía un nombre: Virtudes, Elena, Nieves, Pilar, Carmen, Martina, Luisa, Dionisia, Ana, Joaquina, Julia, Adelina y Blanca. Cada una de ellas tenía sus sueños y sus deseos, desde dedicarse a la política hasta montar una empresa de corte y confección. Algunas de ellas ni siquiera habían cumplido los 18 años. Aún eran niñas. Desconocían lo que se les venía encima, porque confiaban en que su inocencia las salvaría de todos los peligros. En su candidez creían que el bien siempre acaba triunfando sobre el mal. Pero se equivocaron.

Las trece rosas es el nombre que reciben el grupo de mujeres que, acusadas de un crimen que nunca cometieron, fueron fusiladas por orden de Franco la madrugada del 5 de agosto de 1939. Su único delito fue pertenecer a las Juventudes Socialistas Unificadas y pensar de manera distinta a aquellos que habían ganado la guerra. Fueron el chivo expiatorio perfecto para un gobierno que necesitaba demostrar a la sociedad española cómo se las gastaban los nuevos amos del país, con el fin de cortar de raíz cualquier conato de rebelión o disidencia. El fusilamiento de estas mujeres constituye, sin duda alguna, uno de los episodios más terribles de la represión franquista inmediatamente posterior a la guerra civil.

Hace unos años la escritora Dulce Chacón les rindió un precioso homenaje en su libro La voz dormida, con el que una servidora se emocionó hasta las lágrimas en varias ocasiones. Ahora es el cine el que las rescata del olvido para llevarlas a la gran pantalla, en una película dirigida por Emilio Martínez Lázaro, conocido sobre todo por el atípico musical de Al otro lado de la cama. El elenco de actrices es prometedor y, según sus palabras y las del mismo director, se ha tratado en todo momento de no caer en el maniqueísmo exagerado. "Quería hacer ver en esta película lo buenos que eran unos sin necesidad de decir lo malos que eran los otros", afirma Martínez Lázaro. Parece que algunos de los momentos del rodaje han sido particularmente emotivos, como el del fusilamiento de las muchachas, donde "acabaron llorando hasta los que habíamos traído para formar parte del pelotón."

No sé si podré ver esta película. Lo digo porque es una historia que siempre me ha llegado a lo más profundo, desde que la leí por primera vez hace unos años en el EPS de El País, hasta que volví a releerla la semana pasada con ocasión del estreno de la película. Siempre consigue hacerme llorar. No puedo mirar los rostros de esas mujeres, tan llenas de ilusiones y con tantísima vida por delante, sin sentir asco, sin sentir horror. Y no puedo evitar enfadarme, y que la rabia me desborde por dentro, pues episodios como éste fueron más que habituales en la España negra y gris del franquismo.

Malditas sean todas las dictaduras y malditos los que las apoyan. Malditos.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Contándolo, también has conseguido hacerme llorar. Veré la película.

Joaquín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joaquín dijo...

Me ha gustado mucho tu comentario. Me temo que yo no seré capaz de ver la película, porque conocía la historia y me produce tanta rabia la injusticia que lo pasaría muy mal viéndola. Los que fomentan el odio deberían aprender hacia dónde puede conducir.

Anónimo dijo...

yo la veré llorando a moco tendido. el libro de Chacón es enormemente emocionante, desgarrador. creo que es obligado que conozcamos estos pasajes de nuestra historia. para no repetirla.

El Doctor dijo...

Bello texto Elena.Las heridas de la historia jamás llegan a cicatrizar del todo. La primera gota de sangre que se virtió en la especie humana definió cuál sería el destino de nuestra desdichada raza. Nuestro mayor reto sigue siendo luchar,precisamente,en favor de la memoria,porque como dice el dicho: todo pueblo que olvida su historia está condenada a repetirla.
Un beso.

Joselu dijo...

Terrible histoira la de las treces rosas. No he leído la novela de Dulce Chacón, pero por tu comentario veo que cuenta el destino injusto de estas jóvenes en plenitud de vida. La guerra fue terrible pero la posguerra fue más fría, más cruel, más con el sabor acre de la venganza. Un país extraño el nuestro con tres guerras civiles en el siglo XIX -olvidadas ya pero extremadamente crueles en su tiempo- y una devastadora en el siglo XX. He reflexionado mucho sobre esta guerra civil y he leído abundantes obras. Me he sentido republicano y socialista, pero ahora no sé qué hubiera hecho en aquella tesitura. Creo que si hubiera podido me hubiera exiliado como hizo Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Ramón Gómez de la Serna, y todos los que pudieron huir de aquel conflicto terrible. La represión en el lado republicano fue también feroz, quizás como contrapartida a la de las derechas. No sé, es muy atractiva la épica de la España republicana, pero en aquel tiempo la república no tenía defensores. Todos en el lado progresista querían superarla -los comunistas, los anarquistas...-. Azaña estaba más solo que la una, igual que otros dirigentes tildados de burgueses. Fue la historia de un fracaso colectivo. La historia de las trece rosas es un episodio lamentable y emotivo de aquella contienda y posguerra incivil. Temo tanto que volvamos a las andadas. Nos gustan demasiado los dilemas violentos, los extremismos, la épica... Perdona mi larga reflexión, pero no podía simplemente decirte que tenía ganas de ver la película.

Elena dijo...

Palimp, siento haberte entristecido, pero episodios como este no deben olvidarse jamás.

Joaquín y mujer justa, a mí también me costará mucho ver la película, aunque supongo que acabaré haciéndolo, aún a riesgo de llorar a moco tendido.

Francisco, totalmente de acuerdo contigo. Aunque la historia nunca se repite tal cual, sí que podemos caer en errores parecidos. O peores.

Joselu, me ha encantado tu reflexión. Veo que te interesa mucho esta etapa de la historia de España. Deberías leer el libro. Hay otro que me encantó que narra cómo era España antes y durante la República, según una testigo directa de los hechos: Doble esplendor, de Constancia de la Mora. La pasión de esta mujer por las ideas y el espíritu republicano son admirables. Una novela deliciosa.

Un abrazo a todos.

Miguel Sanfeliu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Sanfeliu dijo...

El primero en hablar de esta historia terribe, fue, si no me equivoco, Jesús Ferrero, en una novela titulada, claro, "Las trece rosas". Pero creo que ha sido el ensayo de Carlos Fonseca el que sirvió de base para la película, que tengo, por supuesto, muchas ganas de ver. Es una historia muy emotiva.
Un abrazo.

Lucía dijo...

Elena, tu post casi me hace llorar así que no sé si seré capaz de ir a ver la película.
La rabia es otro sentimiento que aflora con facilidad al leer barbaridades como esta.
Después de haber leído tanto sobre la guerra civil y saber tanto sobre esta época estoy segura que aún nos quedan por descubrir muchas otras atrocidades que se han silenciado y tapado.
Alguien debería pedir perdón ¿no crees?
Besos.

Elena Casero dijo...

Quizás vea la película en casa, no en el cine. La historia de las Trece Rosas es terrible. Ya lloré mucho con el libro de la Chacón. Fue terrible lo sucedido.

Y nadie va a pedir perdón, en todo caso los elevan a mártires o les construyen una iglesia/mausoleo.

Elena Casero dijo...

¡ah! quería decir que los elevan a mártires a los otros, no a las trece rosas, ¡faltaría más!

Elena dijo...

Miguel, no he leído el ensayo de Fonseca, pero creo que efectivamente es la base de la película. Quiero agradecerte también tu comentario en la otra entrada, me ha llegado al alma. Un abrazo.

Lucía y Scriptorum, cierto que alguien debería pedir perdón, pero no creo que nunca vayan a hacerlo, desgraciadamente. Un beso.

Gatito viejo dijo...

Estoy deseando ver la película. Sé que lo pasaré mal, pero no quiero perdérmela. Leí La voz dormida de Dulce Chacón y me emocionó mucho. Es una gran novela. Estos temas son muy dolorosos, pero son necesario para que se conozcan las distintas realidades que se vivieron en España en ese tiempo. El conocimiento y los puntos de vista importan. La historia no puede conocerse sólo con la versión oficial.
Pues lo dicho, a llorar y a reflexionar con la peli.
Saludos.

fractal dijo...

La voz dormida es un relato escalofriante y también poético, que leí de un tirón. Necesité días y días para despegarme del recuerdo que me dejó. Eso si lo conseguí. Lo mismo me sucedió con el impacto de la muerte de Dulce Chacón, a quien recordaré siempre con su amplia sonrisa en la cara.
Historias muy fuertes, que no quisiéramos vivir nunca más pero...
...pero, pero.

Anónimo dijo...

Esta es la crítica de Boyero a la película:

http://www.elpais.com/articulo/cine/cierto/endeble/elpepuculcin/20071019elpepicin_4/Tes

Anónimo dijo...

Me encanta lo que has escrito, me he emocionado mucho.
Creo que en España deberían hacerse juicios por lo que sucedio, creo que estos sucesos no deben olvidarse y creo que la Ley de la memoria histórica es un inicio para todo lo sucedido.

También quiero añadir que no estoy a favor del odio ante quienes realizaron dichos actos. Sencillamente creo que fueron un cúmulo de situaciones ante las que no me podrían enfrentar. No al odio y si a la justicia por los olvidados.

Elena dijo...

Creo que todos coincidimos en la necesidad de no olvidar lo que sucedió, y en que aquellos que fueron perseguidos por los vencedores tras la guerra deberían ver reconocido su sufrimiento y ser resarcidos por ello. Espero que la tan discutida Ley de Memoria Histórica sea el primer paso en ese camino.

Películas como Trece Rosas -lástima de crítica, habrá que ver si es cierto lo que dice de ella Boyero- sirven al menos para que no olvidemos... nunca. Es la única manera de que no vuelva a suceder nada parecido.