Debo empezar confesando que esta obra me ha resultado bastante difícil de leer. De hecho, hacía tiempo que no me costaba tanto esfuerzo terminar un libro. Empecé muy ilusionada, porque nunca había leído nada de Günter Grass, y me apetecía mucho aventurarme con esta novela. Sin embargo, puede que no haya elegido un buen momento para degustar un plato demasiado complicado, o simplemente que me esperara demasiado. No lo sé. El caso es que El tambor de hojalata me ha dejado bastante desconcertada.
El título hace alusión al tambor que el protagonsta, Óscar, lleva siempre consigo desde que cumplió los tres años (en realidad son muchos tambores, pues de tanto tocarlos acaba destrozándolos al poco tiempo). Óscar es un niño-hombre-enano, una criatura extraña, que un buen día decide dejar de crecer, para lo cual no se le ocurre mejor manera que provocarse a sí mismo una caída que le deja lesionado para siempre. Como consecuencia de esta caída, Óscar deja de crecer físicamente, aunque su mente continúa su evolución natural, dándose la paradoja de que, con la altura permanente de un niño, el cuerpo de Óscar encierra un adulto en su interior, algo de lo que muchos a su alrededor parecen no percatarse.
A lo largo de las casi 800 páginas de la novela, Óscar nos narra -alternando la primera y la tercera persona, pero siempre desde su punto de vista- sus treinta años de existencia, pues el libro empieza precisamente con el día de su treinta cumpleaños. Los personajes más variopintos deambulan por este relato, desde familiares del protagonista hasta amigos y amantes. Es este, sin duda, uno de los aspectos más gratificantes del libro, la complejidad literaria que supone retratar tan amplio abanico de caracteres, algo que pocos autores pueden realizar con la maestría de Grass. El mismo protagonista constituye un compendio de extrañas capacidades, pues además de tocar el tambor creando un efecto mágico con su música, es capaz de romper cristales con su voz. Uno no puede aburrirse al lado de este pequeño y en parte odioso personaje.
Hay pasajes en este libro que cobran un enorme significado a raíz de la revelación por el propio autor de su pasado juvenil en las SS. Las alusiones al sentido de culpabilidad son continuas (el propio Óscar se nos presenta como culpable por la muerte de su presunto padre, Jan Bronski), y la cebolla, como elemento altamente simbólico, tiene un papel protagonista en uno de los capítulos más bellos de la novela, El bodegón de las cebollas, un lugar donde la gente acudía con el deseo de llorar sus desgracias al calor de las cebollas recién peladas. Pasajes como este, y otros que descubriréis si os lanzáis a su lectura, dan valor a toda la obra.
Sin embargo, como dije al principio, el libro me ha desconcertado. No sé si el exceso de símbolos, o el sentido del humor tan peculiar de Grass, no me han llegado a convencer. Demasiados personajes y abrumadoras descripciones hacen de su lectura una tarea ingente y no adecuada para cualquier lector. Con esto no pretendo desanimaros respecto a su lectura, pues de hecho considero que algunas partes son realmente extraordinarias, pero hay que enfrentarse a él con arrojo y con paciencia.
El título hace alusión al tambor que el protagonsta, Óscar, lleva siempre consigo desde que cumplió los tres años (en realidad son muchos tambores, pues de tanto tocarlos acaba destrozándolos al poco tiempo). Óscar es un niño-hombre-enano, una criatura extraña, que un buen día decide dejar de crecer, para lo cual no se le ocurre mejor manera que provocarse a sí mismo una caída que le deja lesionado para siempre. Como consecuencia de esta caída, Óscar deja de crecer físicamente, aunque su mente continúa su evolución natural, dándose la paradoja de que, con la altura permanente de un niño, el cuerpo de Óscar encierra un adulto en su interior, algo de lo que muchos a su alrededor parecen no percatarse.
A lo largo de las casi 800 páginas de la novela, Óscar nos narra -alternando la primera y la tercera persona, pero siempre desde su punto de vista- sus treinta años de existencia, pues el libro empieza precisamente con el día de su treinta cumpleaños. Los personajes más variopintos deambulan por este relato, desde familiares del protagonista hasta amigos y amantes. Es este, sin duda, uno de los aspectos más gratificantes del libro, la complejidad literaria que supone retratar tan amplio abanico de caracteres, algo que pocos autores pueden realizar con la maestría de Grass. El mismo protagonista constituye un compendio de extrañas capacidades, pues además de tocar el tambor creando un efecto mágico con su música, es capaz de romper cristales con su voz. Uno no puede aburrirse al lado de este pequeño y en parte odioso personaje.
Hay pasajes en este libro que cobran un enorme significado a raíz de la revelación por el propio autor de su pasado juvenil en las SS. Las alusiones al sentido de culpabilidad son continuas (el propio Óscar se nos presenta como culpable por la muerte de su presunto padre, Jan Bronski), y la cebolla, como elemento altamente simbólico, tiene un papel protagonista en uno de los capítulos más bellos de la novela, El bodegón de las cebollas, un lugar donde la gente acudía con el deseo de llorar sus desgracias al calor de las cebollas recién peladas. Pasajes como este, y otros que descubriréis si os lanzáis a su lectura, dan valor a toda la obra.
Sin embargo, como dije al principio, el libro me ha desconcertado. No sé si el exceso de símbolos, o el sentido del humor tan peculiar de Grass, no me han llegado a convencer. Demasiados personajes y abrumadoras descripciones hacen de su lectura una tarea ingente y no adecuada para cualquier lector. Con esto no pretendo desanimaros respecto a su lectura, pues de hecho considero que algunas partes son realmente extraordinarias, pero hay que enfrentarse a él con arrojo y con paciencia.
A destacar también la ironía aguda de determinados pasajes, sobre todo cuando Óscar habla de la guerra. Dos perlas como ejemplo:
"Había pasado ya tres veces la revista, pero otras tantas había sido dado por inútil, a causa de su estado lamentable. Esto, en aquella época, en la que cualquier cosa, por poco que se mantuviera derecha, se mandaba a Verdún para ponerla en el suelo de Francia en la horizontal perpetua, es muy significativo por lo que hace a la constitución física de Jan Bronski."
"La guerra ya se había agotado. Se estaban improvisando tratados de paz, cuidando de que pudieran procurar motivos de nuevas guerras."
En otra ocasion, Óscar narra la historia de un miembro de las SA que, habiendo participado de forma "heroica" en la terrible Noche de los cristales rotos (noviembre de 1938), en la que los nazis destrozaron miles de sinagogas y comercios judíos y asesinaron a varias decenas de ellos, fue expulsado de la organización al conocerse que el citado individuo había matado a cuatro gatos, acusándole de crueldad inhumana con los animales. Un genial retrato de la hipocresía humana.
Por último, os dejo con uno de los frecuentes pasajes alusivos al tema de la culpabilidad, que impresiona por la verdad filosófica que encierra:
"Al igual que todo el mundo, los días en que un sentimiento importuno de culpabilidad, que nada logra desalojar del cuarto, me aplasta contra las almohadas de mi cama de sanatorio, me escudo en mi ignorancia, que entonces se puso de moda y aún siguen llevándola muchos, cual sombrero elegante que les sienta bien."
Entiendo que a Grass le dieran el Nobel por esta novela, pues en algunos momentos alcanza cumbres magistrales. Pero siento que no me haya llenado en su totalidad. Son las cosas que tiene la literatura.
25 comentarios:
Creo que hay momentos en nuestra propia vida que son afortunados para leer una obra literaria y otros que no.
Yo, siguiendo los consejos de una compañera, a quien le había entusiasmado la novela, la compré.
No la pude terminar. Lo reconozco, llegó un momento en que no me llenaba su lectura, independientemente de lo magistral que sea.
Quizás debería retomarla por si aquél no hubiera sido el momento oportuno.
Gracias por el comentario sobre el libro.
El tambor de hojalata fue una lectura que llevé a cabo hace más de veinte años. He olvidado la mayor parte de la historia. Tú me la has evocado. Recuerdo que la leí con fruición a pesar de su dificultad. Entonces no sabíamos acerca del pasado en las SS de Günter Grass lo que a mí no me ha restado ninguna admiración por el autor. He olvidado prácticamente todo de la novela, fuera de las circunstancias del personaje que nos presentas. Pero hay algo que no he podido olvidar y que muchas veces me viene a las mientes: el meson de la cebolla. Lo he pensado tantas veces que he imaginado abrir un negocio similar en donde la gente pudiera ir a llorar desconsoladamente y sin vergüenza por su propia vida. Sería genial. Siempre que recuerdo El tambor de hojalata me vuelve este episodio, que tú escoges como de los mejores. Tienes razón. Veinticinco años después es el único que recuerdo.
Vamos aver Elena, primero de todo felicidades por tu comentario de las 13 rosas, me has emocionado mucho y tu final es muy bonito, y es verdad...malditas las dictaduras...maldita la intolerancia y te lo dice uno que si le hubiese tocado vivir esos tiempos hubiese estado en el punto de mira de estos desgraciados.
Es dificil, ya lo sé, ser objetivos con estos temas, la gente está tan manipulada, está tan prstituida la razón, yo cuando veo al señor Rajoy vistiendose de gala con la bandera me enciendo, lo siento, Elena, pero estos temas me encienden, me subleban, sobre todo por que atentan contra la inteligencia, lo siento otra vez ya sé que este es un blog literario, pero también creo que es LIBRE Y VALIENTE...
Yo hace años me leí dos novelas de Gunter grass una se llamaba Todos los nombres, la otra ni la recuerdo...me pasó algo parecido, con el tambor de hojalata tengo la espinita clavada....y lo que he leido en tu comentario me ha gustado mucho. Lo intentaré.
Aunque tengo por delante uno del gran Javier Marias Delicioso suicidio en grupo........Jaajajaj, YA ME LO HE COMPRADO, ylas obras completas de Hemingway. Te escribí un comentario no se si lo leiste, ando muy liado, el trabajo, que es mi propia empresa, la tertulia literaria, mi pintura...mis dilemas existenciales, mi tendencia a mirar el abismo....
Cuidate mucho guapa, me alegro de que sigas dando unas entradas tan buenas.
Por cierto Elena creo que no me funciona los comentarios de mi blog, prueba tú a ver que se lo he dicho a varias personas, a ver si lo soluciono.
Saludos, Camarada.
Confieso que no me gusta la obra de Günter Grass, y no precisamente por el sonado pasado nazi.Céline,Hamsun,Heidegger,Ezra Pound,etc,también simpatizaron,en cierta medida,con el régimen,pero no ha impedido mi entusiasmo por sus obras.De todas maneras,es preferible leer El bambor de hojalata a cualquier superventas actual.
Besos Elena.
puff, yo lo intenté dos veces con esta novela y no fui capaz, desistí!
Veo que es un libro difícil para muchos de vosotros.
Scriptorum, yo también estuve a punto de dejarla un par de veces, pero decidí seguir adelante. Ahora me alegro, pero me ha costado muuuuucho trabajito, uf!
Joselu, el capítulo sobre el bodegón de las cebollas es uno de los más bellos que he leído en mi vida. Hay pasajes de este libro que se quedan grabados, lástima que cueste tanto avanzar en la espesura de sus páginas.
Luis, por supuesto que en este blog se puede hablar de otras cosas que no sean literatura. Además, sabes que coincido contigo en este tema, yo también me enciendo con determinadas personas y actitudes, y entre ellos están muchos del PP actual. Sí que leí tu último comentario, y me encantó. Te animo a que sigas adelante porque sé que lo conseguirás. Yo también ando con la espinita de la maternidad clavada, porque no me están saliendo las cosas demasiado bien en ese aspecto. Ya hablaremos sobre ello algún día. Probaré lo de los comentarios en tu blog cuando pueda, je promets!
Francisco y desesperada, veo que volvemos a coincidir. De todas formas os animo a que intentéis leerla completa algún día. Al final cansa, pero no defrauda. Es algo muy extraño, porque nunca me había pasado nada igual con ningún libro (o al menos no lo recuerdo)
Un abrazo a todos.
a mí sí me ha pasado: con el ulyses de joyce! me costó horrores leerlo.
Elena
Este libro lo lei hace mucho tiempo, por entonces me decia a mi misma que ningun libro me iba a vencer(por dificil)..hoy no lo hubiera leido, pero al final me alegre de haberlo hecho, cuando lo miro en la libreria siempre recuerdo su tematica.
Me gusta tu blogs
Hola Elena, que tal todo?, ya hece días que no se de ti, yo acabo de pasar la gripe, has ido a ver a los heroes?, yo los vi aqui en zaragoza.
Tu entrada sobre las 13 rosas me emociono mucho y me animó a escribir una entrada SOBRE LA MALTRAIDA MEMORIA HISTÓRICA, a ver que te parece, tus opiniones siempre son muy sabias.
Cuidate
Elena,
¿Has visto la película?
No he leído el libro, pero la película me gustó mucho. Quizá ambas guardan poca relación entre ellas.
Hoy ha sido mi primera visita a tu blog y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión porque en varios posts me he sentido muy identificada. Precisamente yo estoy leyendo ahora 'Pelando la cebolla'. Es mi primer Gunther Grass y tb me está costando. Es bastante enrevesado y no la lectura más idónea para el metro (pero es el tiempo que hay). No me está gustando mucho. De hecho, lo dejé y lo he vuelto a retomar, casi como un reto. Y lo que es peor le estoy cogiendo un poco de manía al Nobel. No por su pasado seminazi -que, teniendo en cuenta como eran las cosas en aquel momento me parece que muchos hubiésemos caído en su mismo error de juventud- y sí porque se muestra bastante egocentrista y sabelotodo. No sé, opiniones, como siempre, hay para todos los gustos.
uno de los libros que más me han impresionado
me gusta la obra de Günter Grass por que lo narra con un interes aparte que claro es una autobiografia de el sinceramente
una de las mejores obras que he leido
mi entusiasmo por sus obras ha aumentado cn esta.De todas maneras,es preferible leer El bambor de hojalata lo recomiendo
bueno es la primera vez que entro a un blog de una obra soy de peru y mi interese por esta obra fue inmensa cuando la lei y quize conocer a otras personas con este interes igual o mayor aun
la recomiendo mucho cuidenc
besos
Holaa bueno somos un grupo de estudiantes de peru .. si te has dado cuenta que hay 9 personas aca.. comentando somos jovenes de 15 16 anios que leimos la obra y nos gusto mucho que quizimos comentarla en un blog.
la obra personalmente me parecio agradable pero a veces perdia cierto interes en ella... igual la recomiendo
cuidenc y sigan asi
A mi tambien me resulto dificil de entender la obra, sobre todo porque es extensa y perdia el interes facilmente en leerla
sin embargo habia fragmentos de la obra que mehacian seugir leyendola en mi opinion me parecio fantastica.
Como dices...
es un libro bastante dificl de entender y si yo creo que Grass se merece el premio nobel ... creo que yo tambien hubiera hehco lo mismo .. mostraria mi repudio al mundo del adulto :S!
Primero que todo felicitarte x tener este blog
es muy bonito :) y me gusta el modo en que redactas tu opinion
se ve que te guista la lectura
bueno yo recien empiezo me gustaria que me recomiendes algunos libros cuidate estare visitando el blog :)
me parecio aburrido :(
pero bueno mis comanieros me lo contaron y empece a enteder mejor la historia y al final me intereso un poco
interesante ah ...
la obra
tu opinion si fue muy interesante me encanto el modo en como redactas !!!!!!!!!!
cuidate
hola!mmm...para ser sincera me gusta la obra porque habla mucho sobre lo que es la realidad, me gusta mucho tambien el bodegon de las cebollas ya q en verdad parece un lugar donde puedas expresar sinceramente,recomiendo q tengan paciencia al leerla y q la analicen muy bn,bye besos
Hola desde mi punto de vista en la tapa de este libro el autor debe poner solo para personas con un nivel alto neto de su arrogancia en su lenguaje. ¿Cómo no está a mi frente el autor ?
Para tirarle el libro en su cara por poco lo rompo cuando estaba en la pagina 150 si no entraba en este foro para desahogarme de verdad me da bronca, así matan a uno q está empezando a leer no puedo decir q es un buen libro para ser un buen libro primeramente no te puedes aburrir en algún momento de la obra, lo q debió hacer el autor es depurar las cosas aburridas...
Así cualquiera puede ser autor contando cosas intransigentes de su vida.
Leyendo los comentario todos lo leyeron mas por q es fue un desafío.
Bella novela, acabo de terminar el libro primero y claro pasa que hay capitulos mejores que otros pero lo tomo como otro ingrediente de lo inconexo de la historia y al parecer ( no lo he intentado ) se puede leer de atras hacia adelante. Como de otro libro es Niobe, casi un relato griego con el lenguaje de este autor que lo hace fácil. Además en varios me pareció vívir los años de la Liga Hanseatica.
Quedo con la impresión que no es lo mejor de gunter grass siendo su primera o segunda novela.
Llegando al final quizá vuelva a actualizar mi comentario.
Saludos Elena tu blog esta excelente, te recomiendo no visites el mio.
Bueno,leí todo el libro, y pensaba que era cosa mia, pero veo que es una sensación muy generalizada, el tambor de hojalata es una novela muy pesada, como dices un plato muy complejo y dificil de digerir, es magistral, el bodegón de las cebollas inolvidable. Tengo que confesar que hubo momentos que queria aventar el libro a la pared y leerme otro, sin embargo el odioso oscar me mantenia en vilo a pensar que le deparaba el futuro y que otra vacilada perversa se le ocurria. La indigestión extrema me llegó cuando se le ocurre a oscar meterse a labrar piedra, dios mio que parte mas tediosa, claro supongo que es una de las mas queridas de Gunter puesto que a eso se dedicaba de jovencito. En "pelando la cebolla" lo cuenta e igual me indigestó. Desconcierta, pero lacera la imaginación, y se vuelve inolvidable, una obra inmortal.
armando rodríguez
pues que les puedo decir, me recomendaron esta novela y hoy he comenzado a leerla pero veo sus opiniones y no me agrada leer que es una novela dificil de leer. pero aun asi la leere para ver si puedo compartir sus opiniones.
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