"Lo extraordinario de la literatura (quizá en menor grado del cine y la música, porque en estas artes no hay una voz que cuenta y persuade y susurra, y el decir es lo que más cautiva) es que, cuando uno ya sabe que nada es sólo suyo, y que además puede compartir entusiasmos con quien más desprecia, siempre prevalece ese pueril sentimiento de que nadie como uno ha leído a tal autor o tal obra. Nuestra experiencia personal pervive, y, tras los "desengaños", uno puede seguir creyendo que el escritor se dirigió sólo a nosotros. Acaba de celebrarse el centenario de Hergé, el creador de Tintín, y uno ha constatado, por si no lo sabía bastante, que Tintín y Haddock son un lugar común y pertenecen a la humanidad entera. Y sin embargo nada podrá borrar la emoción que yo tuve de niño cuando leía sus álbumes, como nada le borrará la suya a Arturo Pérez-Reverte, por mencionar a un tintinófilo tan confeso que hasta lo imitó, en parte, al elegir su vida de reportero. Ambos -y millones más- seguiremos pensando: "Estos relatos se hicieron para que yo los mirara y leyera". Eso es lo admirable del asunto: que aunque los hombres lleven siglos leyendo la Iliada, y nosotros no descubramos nada al echárnosla a los ojos, el acto de nuestra lectura sí que nos es propio y la obra en cuestión es entonces tan nueva como si la acabara de componer Homero. Eso sí que no nos lo puede "usurpar" nadie. Recuerdo haber leído Madame Bovary en una casa de campo en Gerona, a solas, con ladridos de perros en la lejanía, sobrecogido. Para mí no hay otra Bovary que esa, así existan sesudos estudios e interpretaciones muy sabias de ella. En el fondo es una suerte que sea imposible lo que deseó Woody Allen en la cola de un cine, al oír a un tipo disertar estúpida y pedantemente sobre McLuhan: que el propio McLuhan apareciera en la cola y le echara un rapapolvo al idiota, diciéndole: "Usted no ha entendido nada". Porque quién sabe si no sería a nosotros, y no a los otros, a quienes nos soltaran eso Cervantes u Homero, Flaubert, John Ford o Chesterton, haciéndonos picadillo."
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Vuelvo en unos días, je promets
Imagen: Mujer con libro, PABLO PICASSO
8 comentarios:
pues estudiad mucho todos y vuelve pronto! un biquiño elena
Te deseo que tengas un buen fin de curso.
Un abrazo.
Me encanta Javier Marías, y me encantó el texto.
Venga, que no queda nada para que acaben esos nervios ;)
¿No es fantástico que a cada uno de nosotros nos hayan dedicado tantas obras maestras, tantos libros?
Paciencia ... buen fin de curso.
A veces también tengo esa sensación que hay algo escrito para mí o de mí, ¿será un deja vu?
Yo también soy muy seguidora de Marías, me gusta mucho su prosa y sus artículos. No se corta un pelo. Ahora va a publicar el terver vólumen de su trilogía Tu rostro mañana, que voy leyendo y me fascina.
Reconozco que no me gusta nada Javier Marías. He leído de él Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí y no entiendo el porqué de su popularidad como novelista. Quizás falle yo o quizás su música no es la mía. El caso es que no nos entendemos. Eso sí, cada domingo lo primero que hago al hojear EPS es leer su artículo con el que no suelo estar de acuerdo porque es una proyección descarada de fobias y filias demasiado personalizadas. Me harta su personalismo, pero a la vez me atrae. A veces tiene aciertos espléndidos como este que nos has reproducido hoy. No somos amigos pero agradezco tener una conversación con él de vez en cuando.
maravilloso javier marias y maravilloso tu blog, sigues igual de fresca y de guapa.
Lee mi última poesia y dame tu opinion..besos
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