martes, febrero 06, 2007

Lo que no sucede y sucede

De nuevo las obligaciones me han mantenido apartada de este espacio -y de los vuestros- durante las últimas semanas. En ese tiempo he terminado de leer un hermoso libro de mi admirado Javier Marías, Mañana en la batalla piensa en mí, del que pronto escribiré la reseña. Mientras tanto, os dejo un fragmento del epílogo del libro, un discurso pronunciado por el autor en Caracas en 1995, durante la ceremonia de entrega del Premio Internacional Rómulo Gallegos. En él, Marías realiza una inteligente y curiosa reflexión sobre la ficción y el arte de escribir. Veréis que no tiene desperdicio.

"Parece cierto que el hombre -quizá aún más la mujer- tiene necesidad de algunas dosis de ficción, esto es, necesita lo imaginario además de lo acaecido y real (...) Necesita conocer lo posible además de lo cierto, las conjeturas y las hipótesis y los fracasos además de los hechos, lo descartado y lo que pudo ser además de lo que fue. Cuando se habla de la vida de un hombre o de una mujer, cuando se hace recapitulación o resumen, cuando se relata su historia o su biografía (...) se suele relatar lo que esa persona llevó a cabo y lo que le pasó efectivamente (...) Y olvidamos casi siempre que las vidas de las personas no son sólo eso: cada trayectoria se compone también de nuestras pérdidas y nuestros desperdicios, de nuestras omisiones y nuestros deseos incumplidos, de lo que una vez dejamos de lado o no elegimos o no alcanzamos, de las numerosas posibilidades que en su mayoría no llegaron a realizarse -todas menos una, a la postre-, de nuestras vacilaciones y nuestras ensoñaciones, de los proyectos frustrados y los anhelos falsos o tibios, de los miedos que nos paralizaron, de lo que abandonamos o nos abandonó a nosotros. Las personas tal vez consistimos, en suma, tanto en lo que somos como en lo que no hemos sido, tanto en lo comprobable y cuantificable y recordable como en los más incierto, indeciso y difuminado, quizá estamos hechos en igual medida de lo que fue y de lo que pudo ser. Y me atrevo a pensar que es precisamente la ficción la que nos cuenta eso, o mejor dicho, la que nos sirve de recordatorio de esa dimensión que solemos dejar de lado a la hora de relatarnos y explicarnos a nosotros mismos y nuestra vida. Y todavía es hoy la novela la forma más elaborada de la ficción, o así lo creo (...)

Saber todo esto -querer creerlo es más exacto- no resulta a veces bastante para el escritor, mientras está escribiendo. Hay momentos en los que yo levanto la vista de la máquina de escribir y me extraño del mundo del que estoy emergiendo, y me pregunto cómo, siendo adulto, puedo dedicar tantas horas y tanto esfuerzo a algo sin lo que muy bien podría pasarse el mundo, incluyéndome a mí mismo; cómo puedo ocuparme de relatar una historia que yo mismo voy averiguando a medida que la construyo, cómo puedo pasar parte de mi vida instalado en la ficción, haciendo suceder cosas que no suceden, con la extravagante y presuntuosa idea de que eso puede interesar algún día a alguien (...) Todo escritor es aún más lector, y lo será siempre: hemos leído más obras de las que nunca podremos escribir; y sabemos que ese interés, ese apasionamiento, es posible porque lo hemos experimentado centenares de veces; y que en ocasiones comprendemos mejor el mundo o a nosotros mismos a través de esas figuras fantasmales que recorren las novelas o de esas reflexiones hechas por una voz que parece no pertenecer del todo al autor ni al narrador, es decir, no del todo a nadie (...)"


Y muy pronto (espero) la reseña del libro. Je promets.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues quedamos expectantes.

El detective amaestrado dijo...

La espero, ha sido uno de los libros que mas me han gustado de Marías

Miguel Sanfeliu dijo...

Una cita sin desperdicio.
Me ha gustado mucho.
Un saludo

Francisco Ortiz dijo...

Unas palabras sencillamente antológicas.