
Lo primero que llama la atención de este libro es su ingenioso título. En efecto, el protagonista, Gunnar Huttunen, es un ser extraño a ojos de los vecinos del pueblo donde acaba de instalarse, no sólo por su apariencia física (mide casi un metro noventa, tiene el pelo tieso como púas y unos rasgos faciales muy acusados), sino por su decisión de arreglar y poner en funcionamiento un viejo molino en ruinas que los habitantes del pueblo casi habían olvidado. Sin embargo, el hábito más extravagante de Huttunen estaba aún por descubrir, aunque sus vecinos pronto empezarán a sufrirlo durante las noches, cuando un aullido desgarrador los despierte de forma súbita impidiéndoles conciliar el sueño de nuevo. Y es que el molinero tenía como costumbre desahogarse aullando, cosa que no va a gustar mucho a nadie y que acabará provocando su ingreso en un manicomio y un sinfín de desventuras más.
Este es el esqueleto sobre el que gira la historia inventada por Paasilinna. Creemos encontrarnos ante un ser extraño e inquietante, pero pronto nos damos cuenta de que el corazón del molinero está lleno de bondad, a diferencia de sus "normales" vecinos que al final resultan estar más trastornados y ser más maquiavélicos que el ruidoso molinero. Hasta el punto de que se obsesionarán con encerrarlo y perjudicarlo lo máximo posible. Huttunen sólo encontrará apoyo en un círculo muy reducido de personas, entre las cuales destaca la dulce Sanelma Kayramo, que verá en él a un hombre afable y atento, por lo que no tardará mucho en caer rendidamente enamorada a sus pies. No ayuda a nuestro protagonista el poseer un temperamento algo impulsivo con cierta tendencia a la destrucción, exacerbado por el comportamiento egoísta e intolerante de algunos de sus vecinos. El lector no puede evitar sentir simpatía ante un personaje así, acosado por todos, y que lo único que pretende en todo momento es vivir en paz junto a su adorada Sanelma, sin entender la obsesión de estos oscuros villanos por hacerle la vida imposible. Sin duda, son ellos quienes deberían estar encerrados en un psiquiátrico.
A pesar de que el estilo es bastante parecido al de Delicioso suicidio en grupo (con menores toques de humor negro quizás), creo que me gustó más aquélla. Supongo que el planteamiento de esta obra es menos original que la anterior, que resultaba sorprendente desde la primera hasta la última página. Sin embargo, eso no es óbice para pasar un buen rato y disfrutar con las desventuras del aullador Huttunen, que debe ingeniárselas una y otra vez para sobrevivir en un entorno que le es completamente hostil, por el mero hecho de ser muy diferente a los demás. Una triste realidad que se ha repetido -y lo seguirá haciendo- en numerosas ocasiones a lo largo de la historia.
Otras reseñas de obras de Arto Paasilinna:
- Delicioso suicidio en grupo